En la aldea
01 mayo 2024

Claudio, el malquerido

El sabelotodo Claudio Fermín que reaparece cada vez que huele a elecciones para salir a vender sus tesis políticas, sus fórmulas económicas, sus soluciones para cualquier cosa; pisó su ya dañada reputación cuando apeló al viejo truco de “yo no sabía” para aceptar entre sus postulados ante la Asamblea Nacional al militar Luis Felipe Acosta Carles, que lo menos grave que ha hecho ha sido eructar ante las cámaras.

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Elizabeth Fuentes | 09 septiembre 2020

¿De verdad verdaíta Claudio Fermín ignoraba las andanzas del militar Luis Felipe Acosta Carles cuando aceptó su postulación como diputado a la Asamblea Nacional por el grupo electoral que lidera “el negro”?, ¿nos va a convencer de que nunca lo vio eructando en TV mientras “tomaba” malta en las plantas de Coca-Cola o Polar y, peor aún, jamás supo de sus conexiones con el narcotraficante Walid Makled, quien ha acusado públicamente al militar de haberle pagado millones de dólares en negocios varios?

Porque si de algún lado no cojea Claudio es en la memoria. Valga recordar que  algunos años atrás, cuando era Alcalde de Caracas y fue invitado a Miami para recibir las llaves de la Ciudad, en la cena donde le entregaron el reconocimiento Claudio finalizó su discurso de agradecimiento regalando obras de arte adquiridas en la tienda del Museo de Arte Contemporáneo -venían en sus magníficas cajas-, y sin un papelito en la mano fue mencionando con nombre y apellido no solo a las distintas autoridades locales, secretarias, y etc.,  sino que la lista se extendió hasta a los meseros, a quienes llamó uno a uno por su nombre, como si los conociera de toda la vida, un ejercicio de marketingpolítico mezclado con una memoria admirable, esa que parece fallarle cuando le conviene.

Claudio Fermín, que sabe tanto sobre todo, que es capaz de sostener  cualquier aburrida hipótesis de economía o política que le permitiría sacar a Venezuela del abismo, que analiza lo que sea en cuanto tema le atraviesen y suele disertar sobre las grandes cosas con sus amigos en los mejores  restaurantes de Caracas, casualmente no recuerda que, siendo gobernador de Carabobo, Luis Felipe Acosta Carles puso unas vallas horrorosas en todo el estado donde acusaba a las mujeres de estimular su propia violación: “Incitar al sexo genera violaciones”, señalaba la valla, frase acompañada con fotos de mujeres en tangas o hilos dentales, una doble brutalidad, por decir lo mínimo, porque si semejante afirmación fuese cierta, pues las vallas de Acosta Carles también estimulaban a la violación. Pero fue esa actuación “políticamente incorrecta” la que mortificó al eterno candidato Fermín, lo único que le hizo reflexionar en relación a Acosta Carles y no las acusaciones que le ha endilgado el narcotraficante Makled.

A un hombre que se lo traga la tierra entre elección y elección, pero resucita cada vez que la palabra “candidato” se asoma por la tapa del hueco donde habita para, en cuestión de segundos, reaparecer con su flux impecable para pontificar sobre el qué hacer en estos días aciagos para la Patria y bla, bla, bla,… las acusaciones de Makled no lo perturban. Que tan encerrado está en su mini cueva -de donde seguramente sale quince y último-, que llegó a afirmar que en su partido “valoran la voluntad de Acosta de seguir trabajando por su Estado”, y amplió la excusa con un chiste digno de Emilio Lovera (y que me perdone la comparación), cuando aseguró que su partido es un “movimiento de bases” y hasta mencionó la palabra “colectivo” para referirse a  los cuatro gatos que lo acompañan en este nuevo intento de asalto a  cualquier institución que implique poder y sus consecuentes contratos, financiamientos y afines, similares a los que tanto han ayudado a Acosta Carles a “trabajar por su Estado”.

Pero no, Claudio no recuerde los desplantes de Acosta Carles y mucho menos las cacareadas acusaciones en contra del ex gobernador de Carabobo, provenientes de un narcotraficante como Mackled, quien aseguró que ambos tenían acciones en la Almacenadora Conacentro de Puerto Cabello y que el militar “me exigió el 20% como condición para entregarme la concesión”, según reveló desde su prisión en Colombia a la periodista Carolina González de El Carabobeño, a quien le dijo que tenía pruebas de todo eso, recibos, vauchers, transferencias, incluidos en aquel dineral los dos millones de dólares que le donó al gobernador Acosta para la campaña del SÍ a favor de  la reforma constitucional de 2007 que permitiría a Hugo Chávez mantenerse por siempre en Miraflores. “Allí todo era a punta de billetes, dinero, dólares”, dijo Makled quien también reveló que compró la empresa Intermarca por seis millones de dólares y que “de ese monto, a Genis Vargas- presidente del Instituto de Puerto de Puerto Cabello– le tocó un millón de dólares y cinco millones fueron para Acosta Carles y su gente”.

Aunque negó que la mansión que tiene el militar en la urbanización Guataparo haya sido un regalo suyo, y mucho menos la Hummer que recibió uno de los hijos el día de la boda. Pero no. Sea verdad o mentira de Makled, Fermín no recuerda nada de eso.

Quizás si tuviese un mejor coach de vida, tan de moda ahora, Claudio debería aprender a vivir de su trabajo. A lo mejor le recomienda que utilice su habitual jerigonza para grabar audiolibros destinados a conciliar el sueño, algo que podría significarle un buen negocio en estos días de tanta ansiedad y paranoia, no vaya a ser que en cualquier momento alguno de sus buenos amigos, como  Alejandro Uzcátegui, se fastidie de patrocinar sus sueños y luego de apostarle a tantas derrotas, le retire el colchón a este candidato eterno que hoy se  vende, otra vez, como la salida a un país que imagina tan desesperado que hasta votaría por él.  

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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