Las nuevas generaciones de venezolanos, dentro y fuera del país, solo han visto el colapso de una industria petrolera que alguna vez fue una de las más importantes del mundo. Motivado por esa necesidad de cultivar el arraigo y el conocimiento sobre el desarrollo que hubo en el sector, el ex ministro de Energía y Minas entre 1979 y 1983; presidente de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) entre 1983 y 1984; y de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1980, Humberto Calderón Berti, decidió publicar hace unas semanas su monografía “Política Petrolera de CAP I a Maduro”.
Dada su experiencia y paso por otros cargos como el Ministerio de Relaciones Exteriores en 1992 y la Embajada de Venezuela en Colombia con el Gobierno interino durante 2019, Calderón Berti también conversó con La Gran Aldea sobre el manejo de las relaciones entre la oposición venezolana y Estados Unidos luego de las elecciones del pasado 4 de noviembre, la consulta popular y la salida de Leopoldo López.
En el caso de la consulta que se llevará a cabo entre el 7 y 12 de diciembre, Calderón Berti desea que tenga éxito. En una conversación previa a que se conocieran las preguntas definitivas aprobadas por la Asamblea Nacional, advirtió que todo dependería de la formulación de las mismas y que no haya manipulación.
“El gobierno de transición va a ser más importante para el establecimiento de la democracia en Venezuela, que el mismo gobierno que sea electo en unas elecciones cuando ya vengan; porque las bases de la democracia se van a establecer durante la transición”
Humberto Calderón Berti
En cuanto a la salida del país de Leopoldo López, a quien señaló hace un año de ejercer un tutelaje sobre el presidente interino Juan Guaidó, expresó: “Es muy importante que exista un deslinde muy claro de responsabilidades, porque si empiezan a hacer cosas que se le ocurren a los demás y que no se tomen en cuenta las opiniones de los otros y que ese alguno que estaba antes con ciertas limitaciones ahora está libre, el caso específico de Leopoldo López, si no hay una responsabilidad asignada a cada uno de ellos y se respetan esas responsabilidades, entonces lo que habrá es una anarquía y uno no va a saber a qué atenerse. Eso es lo que ha venido ocurriendo en el transcurso de los últimos tiempos, y que se puede acentuar si no existe ese deslinde y asignación clara de las responsabilidades de los líderes opositores”.
-¿Qué lo motivó a escribir esta monografía “Política Petrolera de CAP I a Maduro” y qué espera brindarle al lector?
-La idea es que las nuevas promociones del país y la gente en general sepa qué ocurrió en esos años. Yo tuve la fortuna de tener un papel en algunas oportunidades de actor y en otros casos de participante privilegiado, porque la verdad es que he tenido la oportunidad de estar en buena parte de lo que significó el desarrollo petrolero venezolano después de la nacionalización; y la intención de esto es que las nuevas promociones del país, los jóvenes, estudiantes de bachillerato, de universidad y el público en general conozcan un poco esa historia, lo que se hizo, el esfuerzo, el trabajo, la dedicación, el ahínco que se puso en hacer algo bien hecho. La historia es fundamental en el arraigo de la gente con su tierra y si no hay conocimiento de la historia y no hay arraigo, no hay sentido de nación; máxime ahora cuando somos un país, una nación dispersa en el mundo entero, es necesario que la gente sepa qué se hizo en esos años que fueron de mucho esfuerzo y muchísimos logros en general.
-En todos esos años, ¿qué fue lo mejor y lo peor que le pasó a la industria petrolera venezolana?
-Yo creo que las políticas petroleras de la democracia, de los 40 años de democracia, pero básicamente hablo de la nacionalización para acá, tuvo muchísimo éxito. Por supuesto, también hubo algunos errores y luego cuando Chávez llega al poder, la industria se adentra en un proceso de deterioro, de destrucción masiva. Venezuela durante más de 50 años fue uno de los países más importantes como productor de petróleo en el mundo. Yo dividí el libro en varios periodos, presidente por presidente, para hacerlo más fácil de entender, para poderle hacer un seguimiento y para poder comparar. Por ejemplo, el primer capítulo está dedicado al primer gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez. Recuerde que en 1975 se aprobó la Ley de Nacionalización y se hizo efectiva el 1o de enero de 1976. El gran logro de ese hecho, a mi juicio, fue que se hizo de una manera moderada, respetuosa de las leyes, con un gran sentido de responsabilidad, sin atropellar a nadie y sin haber convertido aquello en una operación militar ni mucho menos épica como ahora suelen hacer todas las cosas. Al momento de nacionalizar la industria, 98% del personal era venezolano, no solamente ejecutivo, también técnicos, gerentes, obreros especializados, etcétera, y el proceso se hizo fácil. Lo que había en aquel momento de la nacionalización, 21 empresas concesionarias y 14 empresas operadoras. Esas se redujeron a cuatro empresas operadoras que fueron las que se conocieron como las “Ven”: Lagoven, Maraven, Meneven y Corpoven, y por arriba se creó una empresa matriz con la responsabilidad de coordinar, supervisar, planificar las actividades de la industria que son las acciones propias de una empresa matriz que fue Petróleos de Venezuela. Eso se hizo de una manera ejemplar y funcionó extraordinariamente bien. Luego vinieron los otros gobiernos… La nacionalización ocurrió en el año ‘76 y yo asumí como ministro en 1979, ministro de Minas e Hidrocarburos se llamaba en esa época y en eso estuve casi cinco años, y lo que nos correspondió a nosotros fue hacer algo muy importante a mi juicio: La consolidación de la nacionalización, la profundización de la nacionalización y, sobre todo, el proceso de racionalización de las operaciones. Eran 4 empresas integradas verticalmente, exploraban, producían, refinaban y vendían el petróleo en mercados internacionales. Eso fue así hasta 1997, pero lo importante de ese periodo es que ya la industria consolidada pudo empezar a avanzar en programas de gran envergadura, de gran significación e importancia para el país. Primero, fue el cambio de los patrones de refinación. Se empezó un proceso de modernización de las refinerías, se empezó por Amuay, Cardón, El Palito y al final de ese periodo en el que yo estuve prácticamente todo el tiempo frente al Ministerio, pues se invirtió totalmente la situación porque en lugar de producir 60% de residual, se producía 25% de residual y lo demás producto blanco. Eso fue lo que permitió abastecer con mucho confort, durante muchísimos años, el mercado interno de gasolina y también tener disponibilidad de gasolina para la exportación. El otro programa que se adelantó esos años importantísimo fue la exploración de la Faja del Orinoco. Se adelantó un programa muy intenso durante 5 años, se perforaron 916 pozos exploratorios y se hicieron miles de kilómetros de línea sísmica, y eso trajo como consecuencia el poder determinar en los años subsiguientes el volumen de petróleoque hay en la Faja. Eso fue un gran logro. Chávez se llenaba la boca hablando de la Faja y del tamaño de la Faja y de los recursos de la Faja, pero fue muy poco lo que ellos hicieron en la Faja Petrolífera.
-¿Alguna vez imaginó que la industria petrolera podía llegar a este nivel de colapso?
-Cuando Chávez llegó al poder en el año 1999, Venezuela producía 3 millones 300 mil barriles diarios; tenía una capacidad de refinación dentro del territorio nacional de un millón 200 mil barriles y una capacidad de refinación en el exterior de un millón 300 mil barriles. Aquello no se hace de la noche a la mañana, ni soplando y haciendo botellas. Es mucho esfuerzo, mucho tiempo, mucha dedicación, muchos recursos financieros los que hay que aplicar. ¿Cuál es el error que comete el chavismo? El principal error que comete fue el haber destituido a 20 mil personas en el año 2002-2003 que era la gente más competente, ejecutivos, gerentes, técnicos, obreros especializados que manejaban las áreas de producción y las refinerías. Ahí empezó un declive producto de la inexperiencia, la incapacidad y de la corrupción. Hoy tenemos una industria petrolera totalmente destruida, que en este momento está produciendo 350 mil barriles diarios y estará refinando 70-80 mil barriles por día; los campos han sido desmantelados, los campos en tierra, los campos en el Lago de Maracaibo también porque desmantelaron todas las empresas de servicio, fueron expropiadas, incautadas, robadas algunas de ellas. Eso no se les pagó a sus dueños, y lo más triste de todo fue que se produjo un desmantelamiento generalizado. Al final del día, lo que tenemos hoy es un cementerio de chatarra en la industria petrolera y va a tomar mucho tiempo, muchos años, mucho trabajo, mucha dedicación, grandes inversiones, para que la industria se pueda recuperar.
“Venezuela durante más de 50 años fue uno de los países más importantes como productor de petróleo en el mundo”
Humberto Calderón Berti
-El gobierno de Nicolás Maduro afirma que buena parte de lo que ocurre actualmente con la industria petrolera es producto de las sanciones.
-El “legado” de Chávez y de Maduro es la destrucción de la industria petrolera. Ellos pueden decir lo que quieran, pero por ejemplo la escasez de gasolina que hay en el mercado interno, la escasez de gas que hay para el uso doméstico e industrial en Venezuela no es producto de las sanciones de los Estados Unidos, no, en absoluto. Eso venía en un proceso de deterioro básicamente por la incapacidad e inexperiencia, y porque a Petróleos de Venezuela se le empezaron a atribuir responsabilidades que no eran de su incumbencia, que si construcción de casas, programas educativos, programas de línea blanca, las misiones, cantidad de cosas que al final del día lo que hicieron fue mermar su capacidad de ejecución en la cuestión nuclear, central, fundamental de la industria que es la actividad petrolera; se distrajo y al poco tiempo la puso a hacer cosas que no le correspondía hacer. El resultado de todo eso es lo que estamos viviendo ahora.
-¿Es posible todavía recuperar la industria petrolera?
-La pregunta que uno se hace y que realmente es lo que a uno le angustia es qué hacer para recuperar la industria petrolera. Yo creo que la respuesta es relativamente sencilla. En primer lugar, la Petróleos de Venezuela que nosotros conocimos no existe, no va a existir más, va a ser muy difícil recuperarlo y volverlo a hacer lo que era. Eso ya no va a ser posible. Habrá que hacer un esfuerzo para redimensionar la empresa, hacerla más pequeña, más eficiente, dirigida a ciertas actividades, pero hay que producir un proceso de apertura general para que vengan las empresas privadas tanto nacionales como internacionales. Hay mucho espacio para los empresarios venezolanos y aquellos que se asocien con los empresarios para operar campos pequeños, cuya sumatoria puede ser un volumen muy importante de crudo, sobre todo los que son de más fácil acceso. Me refiero a campos que están en tierra firme en el oriente del país. Y habrá que traer las grandes empresas petroleras para acometer programas en las áreas más complicadas que son, por ejemplo, el norte del estado Monagas donde hay todavía mucho petróleo que descubrir en las zonas profundas o en las profundidades en el Lago de Maracaibo, en las zonas más profundas del Lago, no me refiero a profundidad de agua, me refiero a profundidad de los yacimientos. Eso será un esfuerzo muy grande que habrá que acometer con empresas venidas de afuera y empresas venezolanas, pero para ello se requiere una ley que sea flexible, moderna, que estimule la inversión, que permita que haya competencia y que se deje de lado el concepto este del estatismo que ya está pasado de moda y que va a ser muy complicado de repetir, no solamente en Venezuela, sino en muchas partes del mundo.
-En la Asamblea Nacional se ha trabajado en una nueva Ley de Hidrocarburos. Por otra parte, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó la llamada “Ley Antibloqueo”. ¿Qué opinión tiene sobre ambas y cómo cree que impactarán a la industria petrolera?
-En la ley que están trabajando en la Asamblea Nacional legítima sí he tenido la oportunidad de participar, he hablado bastante con los diputados Luis Stefanelli, Elías Matta y todos los que están trabajando en ese proyecto. Mi sugerencia en base a los años que tengo en esto y mi experiencia es que la ley tiene que ser moderna, ajustada a los nuevos tiempos, que permita lograr una recuperación del sector petrolero venezolano. Eso está claro. Ahora, la otra ley, la “Ley Antibloqueo” es un parapeto. En primer lugar, porque ahí lo que se habla es de abrir realmente el sector petrolero, vender los activos del Estado. ¿Quiénes pueden adquirir en las condiciones actuales cuando no hay respeto por las leyes, seguridad jurídica de ninguna especie?, ¿quién va a invertir en Venezuela en estos momentos? Los capitales de dudosa procedencia; el narcotráfico, la corrupción, capitales ilegítimos, que podrán ir a comprar esos activos en Venezuela a precio de gallina flaca. Pero eso no va a funcionar porque las sanciones van a continuar por una parte y por la otra, esa no es la manera de producir la recuperación del sector. La manera de producir la recuperación del sector es mediante una ley moderna que además sea atractiva para los inversionistas, porque la fiscalía es atractiva, la regalía es atractiva, el Impuesto Sobre la Renta también lo es, que ofrezca una seguridad jurídica para que la gente de entidad, conocimiento y experiencia en el sector pueda acudir a Venezuela y no estos que están tratando de hacer ahora que, a través de esta “Ley Antibloqueo” que es un mamotreto, que no va a producir absolutamente ningún resultado.
“El ‘legado’ de Chávez y de Maduro es la destrucción de la industria petrolera”
Humberto Calderón Berti
-Usted también ha tenido experiencia como ministro de Relaciones Exteriores, como embajador. Ante el escenario que se presenta en Estados Unidos luego de las elecciones, ¿cómo cree que debería ser la relación entre la oposición venezolana y el Gobierno de ese país?, ¿considera que hay algo que deba corregir el Gobierno interino?
-De lo que nosotros debemos partir es que la política que debe haber en Estados Unidos con respecto a Venezuela tiene que ser bipartidista. Nosotros no debemos estar ni a favor de uno ni a favor de otro. A mí en lo personal me ha parecido que el presidente Juan Guaidó se precipitó enviándole las felicitaciones a Joe Biden y el reconocimiento porque hay todavía muchas cuestiones en juego allí, hay muchas dudas todavía. Yo no estoy diciendo que Donald Trump no haya perdido. Simplemente, creo que hay que respetar la institucionalidad del país, esperar que los órganos competentes de ese país se pronuncien y una vez venga el pronunciamiento a quien le corresponde hacerlo, pues se produce el reconocimiento. Yo creo que eso es fundamental, que no nos podemos precipitar porque por razones entendibles perfectamente bien, nosotros debemos mantenernos al margen de las controversias internas que se pueden producir en la política americana. A nosotros lo que nos interesa es tener al Gobierno que esté en los Estados Unidos como un aliado nuestro. Ya hemos tenido al presidente Trump como un aliado, bienvenido Biden si gana las elecciones definitivo, también que nos ayude, que contribuya a que podamos nosotros de una vez por todas tener un país que vaya caminando por el sendero de la democracia. Lo que yo recomendaría es que se espere y que no se abandone lo que fue el mandato en el estatuto de la transición. Hay que salir de Maduro, establecer un gobierno de transición serio, responsable y finalmente ir a un proceso electoral. No creo que esté en la cabeza de alguien sensato y que sepa lo que es la conducción del Estado la posibilidad de que haya unas elecciones presidenciales en 3 o 4 meses, porque se requiere un gobierno de transición de gente con capacidad, con competencia, con trayectoria, con conocimiento y con pulcritud como credenciales fundamentales para que lleven el barco a buen puerto. Hay que hacer muchas cosas complicadas de un tremendo costo político que van a tomar tiempo, y después sin duda vendrá un proceso democrático donde todas las fuerzas políticas pueden participar evidentemente. Yo creo, siempre lo he pensado y lo sigo pensando, que el gobierno de transición va a ser más importante para el establecimiento de la democracia en Venezuela, que el mismo gobierno que sea electo en unas elecciones cuando ya vengan; porque las bases de la democracia se van a establecer durante la transición. Si no se establecen unas buenas bases, adecuadas, durante la transición, pues tengan ustedes la seguridad que se corre el riesgo que vuelva nuevamente el chavismo que le sobra el dinero, le sale el dinero por las orejas como quien dice, tienen muchísimos recursos en sus manos que utilizarían sin ningún género de cortapisas para regresar al gobierno, a pesar del desastre y de la destrucción nacional que han hecho.
-La oposición llevará a cabo una consulta popular en diciembre, ¿qué cree que pueda ocurrir con esa iniciativa?
-Ojalá y tenga éxito. Todo va a depender de que las preguntas tengan sentido, yo no sé si las que suenan son las preguntas definitivas, que realmente estimulen a la gente a participar; que no sea utilizada la consulta como un mecanismo de aprovechamiento, de manipulación que es un riesgo que se corre. Yo creo que eso es importantísimo. Si las preguntas son atractivas para que la gente participe y se puede conjurar el riesgo de la manipulación, yo creo que está bien.
-¿Manipulación por parte de quién y con qué sentido?
-El Gobierno interino básicamente. Ojalá y no haya manipulación con propósitos aviesos. Creo que estoy siendo suficientemente claro. Yo creo que debe hacerse una consulta si la consulta se va a hacer de una forma muy transparente y sin que haya propósitos ocultos detrás.
-¿Propósitos como cuáles?
-Yo le dejo eso a la interpretación de la gente.
“No formo parte del G4, pero lo que sí le he dicho a los que me han querido escuchar, es que tienen que establecer un claro deslinde de responsabilidades y que cada quien haga lo que le corresponde hacer”
Humberto Calderón Berti
-Usted señaló hace un año que Leopoldo López ejercía un tutelaje indebido e innecesario sobre Juan Guaidó, y que llevó a la oposición a cometer errores muy graves. ¿Qué implicaciones cree que tenga esta salida del país de Leopoldo López?, ¿cree que esto refuerza o elimina ese tutelaje?
-Al poco tiempo de estar en la Embajada de Colombia observé que se estaban cometiendo hechos ilícitos que lamentablemente no llegó la fiscalía a dictar su veredicto porque hubo manos oscuras allí que han funcionado, a mí me dijeron que eso iba a estar listo para noviembre del año pasado, tenemos un año transcurrido después de eso y todavía no se produce ningún veredicto; vaya usted a saber qué fue lo que ocurrió, quiénes intervinieron allí para que no se produjera, por qué razones no se produjo. Yo creo que se cometieron el año pasado grandes errores que han dilapidado un enorme capital político. Yo no voy a insistir mucho en eso, ni le voy a meter el dedo en el ojo a la gente. Yo creo que lo del acto de Cúcuta fue un error, haber comprometido a tres presidentes con su presencia allí porque iba a pasar algo importante y no pasó; lo del 30 de abril fue otro disparate; y finalmente los diálogos de Oslo. Ese es un problema que tendrá que resolver el propio Guaidó y la oposición en general. Yo lo único que le puedo decir a la oposición de la manera más cordial es que, primero, entiendan que la oposición no es el G4 solamente. La oposición es algo más. El G4 es producto de unas elecciones que ocurrieron en el año 2015. Hoy la composición política de la oposición es distinta, es más variada, más variopinta y es necesario tomar en consideración todos los sectores que hacen vida opositora en Venezuela, y no solamente dentro de los partidos, sino dentro de la sociedad civil. En segundo lugar, que hay que tener un sentido de amplitud, de generosidad, de tolerancia y no sectarismo generacional y político que ha prevalecido en estos dos años, que ha sido muy dañino para la marcha de la oposición. Finalmente, que tomen en cuenta los errores que se han cometido y tratar de enmendarlos. Yo creo que eso es sumamente importante, que haya una alianza opositora muy amplia y que este gobierno de transición, yo no sé a partir de enero qué podría pasar, lo que sí es muy importante es que exista un deslinde muy claro de responsabilidades porque si empiezan a hacer cosas que se le ocurren a los demás y que no se tomen en cuenta las opiniones de los otros y que ese alguno que estaba antes con ciertas limitaciones ahora está libre, el caso específico de Leopoldo López, si no hay una responsabilidad asignada a cada uno de ellos y se respetan esas responsabilidades, entonces lo que habrá es una anarquía y uno no va a saber a qué atenerse. Eso es lo que ha venido ocurriendo en el transcurso de los últimos tiempos, y que se puede acentuar si no existe ese deslinde y asignación clara de las responsabilidades de los líderes opositores.
-¿Con la salida de Leopoldo López podría quedar relegado Juan Guaidó o Julio Borges como canciller?
-Bueno, de ambos. Si ambos no se empeñan, Juan Guaidó en que se le respete su condición de Presidente encargado, y Julio Borges responsable de la cuestión internacional. Ambos tienen que hacer respetar sus responsabilidades, si no, entonces aquello va a ser un total y profundo fracaso. Yo creo que eso es muy importante. A mí no me corresponde hacerlo porque yo no soy miembro de ese grupo y no formo parte del G4, pero lo que sí le he dicho a los que me han querido escuchar, es que tienen que establecer un claro deslinde de responsabilidades y que cada quien haga lo que le corresponde hacer. Aquí no se trata de tener elementos mesiánicos ni mucho menos. Yo creo que hace falta todo el mundo, pero todo el mundo haciendo lo que le corresponde hacer, no uno haciendo todo lo que le corresponde hacer a los demás.
-Y a su juicio, ¿qué le corresponde a Leopoldo López ahora que está fuera del país?
-Guaidó es el que tiene que responder a eso, yo no puedo responder. Yo sí sé lo que yo haría si estuviera allí, pero como no estoy, no tengo porqué comprometerme. En toda organización llámese empresa, ministerio, conducción del Estado, hay una cuestión que es fundamental y es tener muy claro la asignación de responsabilidades, los roles de cada quien y un respeto a las líneas de mando. Tiene que haber un respeto a las distintas instancias porque si no aquello es una anarquía y después se cometen errores, y no hay quien pague por esos errores.
-¿Usted cree que hay respeto a la línea de mando dentro del Gobierno interino?
-Yo siempre he pensado que no ha habido dentro del Gobierno interino un respeto claro a la línea de mando y tampoco creo que Guaidó ha ejercido a plenitud la responsabilidad que le corresponde porque el Presidente es él, él es el que tiene que tomar las decisiones finalmente, y él es el que tiene que establecer el funcionamiento, pero eso no ha funcionado exactamente así. Yo por ejemplo sé que hay cosas que Julio Borges, por ejemplo, que es el responsable de la conducción internacional, Julio se ha enterado por los medios de comunicación de lo que ha ocurrido. Lo de Oslo, las conversaciones que se adelantaron en Oslo no lo sabía nadie, ni siquiera los países aliados nuestros. El Gobierno de Colombia se molestó muchísimo. Yo estaba cuando eso en Colombia cuando se enteró que se estaban dando esas conversaciones en Oslo, al margen de las iniciativas que ellos venían liderando de una manera muy eficaz por cierto del Grupo de Lima. A mí me parecía y se lo hice saber así por escrito al presidente Guaidó, que había que tener consideración con los aliados, respetarlos, no pedirles permiso para lo que uno iba a hacer porque al final del día la decisión tiene que ser de los venezolanos, pero que sí tiene uno la obligación de por lo menos mantener informada a la gente de lo que se está haciendo, compartir con ellos las visiones porque es lo menos que uno puede hacer con los aliados, sobre todo con los aliados que han sido tremendamente consecuentes con nosotros como es el caso de Colombia.
-¿Ha habido algún contacto con Leopoldo López luego que saliera del país?
-No, yo no tengo ningún contacto con él desde hace muchísimo tiempo.
@vanessajgarcian