En la aldea
29 abril 2024

José Tadeo Monagas: continuismo y nepotismo (I Parte)

Oriental, militar, político, hacendado, hombre de familia, y cuyo ímpetu supo dosificar entre su vida privada en el campo y el estar siempre listo para defender los ideales patriotas. Tiempos de persecuciones, presos políticos, alianzas desleales entre conservadores y liberales. José Tadeo Monagas asumió la Presidencia de la República en marzo de 1847, entonces era el hombre más influyente, y uno de los más ricos del Oriente del país. Luego vendrían las traiciones, el ataque al Congreso Nacional, hechos que hablan de un venezolano cuyos valores y ambiciones solo perseguían gobernar solo, creando su propia red de poder.

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Rafael Arráiz Lucca | 23 mayo 2021

Los primeros Monagas que llegaron a Venezuela fueron Juan Antonio y Bartolomé Monagas de León, procedentes de las Islas Canarias, y se alojaron en casa de su primo Juan Francisco de León, fundador de Panaquire, y protagonista del levantamiento contra la Compañía Guipuzcoana en 1749. Bartolomé casó con su prima María Ignacia Fernández de León y tuvieron a Isabel Antonia, María Concepción y Francisco José. Este último casó con María Perfecta de Burgos y Ruíz de Villasana, y muy pronto se mudan a una hacienda cerca de Maturín. Allí tuvieron once hijos. El primero nació el 28 de octubre de 1784 y se llamó José Tadeo Monagas Burgos.

Por su parte, José Tadeo Monagas Burgos casó con Luisa Oriach Ladrón de Guevara en 1823 en Aragua de Barcelona, y fueron padres de Clara (1824); José Tadeo (1828); Ruperto Asunción (1830); José Ruperto (1831); Celestina (1833); María Iginia (1833); Luisa Teresa (1834); Simón Antonio (1839), y Pacífico (1840) Monagas Oriach.

Maturín fue fundada en 1760, y para el momento del nacimiento de José Tadeo no había institutos de enseñanza. Era un pueblo que no llegaba a tener 6 mil almas. La actividad económica se centraba en el algodón y el ganado. En esta última radicaba la mayor riqueza. A estas tareas se dedicaba su familia que, además, le proporcionó conocimientos básicos de matemáticas, letras, historia y religión, como era lo usual. Naturalmente, no tuvo educación formal.

En la Guerra de Independencia (1813-1823)

En 1813 José Tadeo se suma a la Campaña de Oriente de Santiago Mariño y tiene su primer combate en Bocas del Pao como alférez de caballería, a las órdenes de Manuel Villapol. No es un imberbe. Tiene 29 años. Ese año participará en las batallas contra Monteverde y Boves cerca de Maturín y Cachipo.

José Tadeo Monagas: continuismo y nepotismo (I Parte)

“La política oposicionista de los liberales había surtido efecto, y el desgaste de tantos años en el poder de Páez y los conservadores era un hecho evidente”

En 1814 está en los enfrentamientos de La Puerta, Bocachica y Arao. Luego, batalla en Carabobo, cuando es ascendido a coronel. Vuelve a Oriente y está en las batallas de Aragua de Barcelona, Urica y Maturín. Sufre la derrota de los patriotas junto a su hermano José Gregorio, pero no se van al exilio. Se adentran en la espesura del Delta del Orinoco y allí se recuperan hasta que comienzan a dar batallas al año siguiente de la catástrofe de 1814, la de la “Huida a Oriente” y la derrota de las fuerzas republicanas.

En 1815 está por su cuenta y da batallas en San Diego de Cabrutica, Lejarazo, El Palmar y Aragua de Barcelona, todas entre marzo y abril. En junio está en Angostura y a finales de año está, siempre con su hermano, cerca de Aragua de Barcelona.

José Gregorio Monagas, hermano de JoséTadeo.
José Gregorio Monagas, hermano de JoséTadeo.

En 1816 reconoce la autoridad de Simón Bolívar, cosa que Mariño y Bermúdez no hacen todavía. Domina Oriente y se bate en El Alacrán, en septiembre, apoyando a Gregor MacGregor, y suma su ejército al de Manuel Carlos Piar y batalla a sus órdenes en El Juncal el 27 de septiembre. Como sabemos, esta batalla fue fundamental para el control del sur por parte de los patriotas.

En 1817 está a las órdenes de Bolívar en Oriente. Vigilando la zona. En 1818 está con Simón Bolívar y José Antonio Páez en la Batalla de Calabozo contra Pablo Morillo, en febrero, y luego en el desastre de la Batalla de El Semen, en marzo, cuando los patriotas son derrotados.

En 1819 se mueve en Oriente, mientras Bolívar está en Angostura fundando la República, en febrero. Da batallas en La Cantaura (junio) y Santa Clara (septiembre), consolidando su presencia en la zona. En 1820 está en el combate en las Trincheras de Quiamare y el año siguiente es ascendido por Bolívar a general de división.

Después de la Batalla de Carabobo, donde Monagas no participa, Bolívar organiza la estructura de las autoridades y es designado Gobernador Civil y Militar de Barcelona, así como Comandante del Departamento del Orinoco de la República de Colombia, en 1822. Las tareas bélicas han terminado para Monagas, regresa a Aragua de Barcelona.

José Tadeo Monagas: continuismo y nepotismo (I Parte)

“La llamada ‘Revolución de las Reformas’, un eufemismo con el que se designó un golpe de Estado contra el doctor José María Vargas en el que Monagas participaría, respaldándolo, desde su cuartel oriental”

Una vez concluida su vida militar esencial, reproduzco un párrafo de Bolívar en el Diario de Bucaramanga, donde clasifica a los militares venezolanos en cuatro niveles. Se lee: “, Los que poseen genio militar, los conocimientos del arte, tanto en la teoría como en la práctica, y a quienes se les podía encargar el mando de un ejército, porque a la vez eran buenos en el campo de batalla y fuera de él, es decir, en el combate y en el gabinete; que el número de estos era muy reducido, poniendo a su cabeza al general en Jefe Antonio José de Sucre; después al general de división Flores, enseguida al de división Mariano Montilla, después al general en jefe Rafael Urdaneta, y más atrás a los generales en jefe Bermúdez y Mariño, y al de división Tomás Heres; , Los dotados de gran valor y que sólo son buenos en el campo de batalla, pudiendo mandar una fuerte división, pero a la vista del jefe del ejército, y que en esta clase ponía a los generales Páez, Valdés, Tadeo Monagas, Córdova, Lara, Silva y Carreño; , Los que son más propios para el servicio de los estados mayores y más hábiles en el gabinete que en el campo de batalla, tales como los generales de división Soublette, Santander, Salom; y, en fin, S.E. formaba una clase, en la que ponía los que por su ninguna aptitud, tanto en valor, como en conocimiento, en la parte activa y directiva de la guerra, no podían ser comprendidos en ninguna de las tres clasificaciones mencionadas, como son el general en jefe Arismendi; los de división Pedro Fortoul y Pey” (Bolívar, 2010: 209-210). Como vemos, el conocimiento de Bolívar de los hombres con los que contaba era agudo y, en muchos sentidos, justo. Monagas estaba en la segunda categoría.

Un hombre de familia (1823-1830)

Estos serán los años en que se establezca y forme familia. Se casa a los 39, que para entonces era una edad madura, y la prole comienza a llegar año tras año. La fortuna se incrementa. Está cobrando el período de batallas exigentes, con el solaz de la vida de hacendado y héroe militar. Su preeminencia en Oriente es indiscutida. Él ha sido el que ha permanecido defendiendo la zona durante muchos años, mientras José Francisco Bermúdez y Santiago Mariño han tenido otros derroteros.

Entre 1823 y 1830 no son muchas las noticias que tenemos de Monagas, más allá de la atención de sus haciendas y su vida familiar. Al no más crearse la República de Venezuela de nuevo, en 1830, Monagas se activa desde su cuartel general de Barcelona.

La República de Oriente (1830-1831)

En enero de 1831 el general Monagas reacciona contra la Constitución Nacional de 1830, proclamando la integridad de Colombia y la autoridad máxima del Libertador, pero cuando se alza ignora que Bolívar ha muerto. Además, consideraba que la Constitución promulgada no respetaba suficientemente los fueros militares.

Simón Bolívar. 
Simón Bolívar. 

Luego, se alzó en mayo en Aragua de Barcelona dando “otra vuelta de tuerca”, proponiendo la constitución del Estado de Oriente, integrado por cuatro Provincias y que llevaría el nombre de República de Colombia. El general Páez envía al general Mariño a disuadir al general Monagas y, en vez de lograr su cometido, Mariño termina encabezando el proyecto inicial de Monagas, desplazándolo. El Congreso Nacional destituye a Mariño, lógicamente, y queda encargado de la Presidencia de la República el Vicepresidente Diego Bautista Urbaneja, ya que el general Páez se dirige, al frente de su tropa, a Valle de La Pascua a dialogar con Monagas. Páez logra el 24 de junio que Monagas deponga las armas y lo favorece con un indulto. Recordemos que el general Páez fue elegido por el Congreso de la República el 24 de marzo de 1831, dentro de los parámetros fijados por la Constitución Nacional de 1830, como Presidente de la República. Monagas regresa a su casa.

Vuelta a casa (1831-1834)

Se dedica a sus haciendas, esperando un momento oportuno para regresar a intervenir en la vida pública. Esa coyuntura será la llamada “Revolución de las Reformas”, un eufemismo con el que se designó un golpe de Estado contra el doctor José María Vargas en el que Monagas participaría, respaldándolo, desde su cuartel oriental. Veamos los hechos y su secuencia.

En un golpe de Estado contra Vargas (1835-1836)

A lo largo del segundo semestre de 1834 tiene lugar la campaña electoral para la selección del Presidente de la República. Se presenta la candidatura del general Carlos Soublette, apoyado por José Antonio Páez; la del general Santiago Mariño, respaldado por José Tadeo Monagas y otros caudillos orientales y, también, la del médico José María Vargas, apoyado por los comerciantes caraqueños que han visto crecer sus negocios durante los años de Páez, bajo el espíritu liberal de su administración. El resultado fue favorable a Vargas con 103 votos, seguido por Soublette con 45, Mariño 27, Diego Bautista Urbaneja 10 y Bartolomé Salom, 10 sufragios.

José Tadeo Monagas: continuismo y nepotismo (I Parte)

“El año de 1848 se inicia con uno de los hechos más lamentables de nuestra historia republicana: Los acontecimientos ocurridos en la sede del Congreso Nacional”

Desde el momento mismo de la victoria de José María Vargas se va creando una suerte de conjura en su contra por parte de los seguidores de Santiago Mariño, no hace lo mismo Soublette que se va a Europa, ni Páez que se retira a sus haciendas. Muy pronto, Vargas entra en diatriba con el Congreso de la República cuando en este último se propone una Ley de impuesto subsidiario del 1%, recabado en las aduanas, con destino a la Hacienda Pública. El Presidente objeta el proyecto de ley, pero las Cámaras lo aprueban, a lo que Vargas responde invocando la violación de la Constitución por parte del Senado. Esta prueba de fuerza condujo a que el doctor Vargas presentara su renuncia el 29 de abril de 1835, pero no le fue aceptada, aunque alegaba no disponer de la suficiente fuerza como para mantener la paz de la República entre las facciones en pugna.

La renuncia de Vargas fue interpretada por sus adversarios como una muestra de debilidad, aunque no le hubiese sido aceptada. Así fue como se estructuró una conjura en su contra que se denominó “La Revolución de las Reformas”, integrada por Santiago Mariño, Diego Ibarra, Luis Perú de Lacroix, Pedro Briceño Méndez, José Tadeo Monagas, Estanislao Rendón, Andrés Level de Goda y Pedro Carujo. Esta asonada se expresó el 8 de julio en Caracas, cuando Carujo ingresó en casa del doctor Vargas para detenerlo y se produjo un intercambio de palabras que la historia ha recogido insistentemente. Dijo Carujo: “Doctor Vargas: el mundo es de los valientes”, y Vargas le respondió: “El mundo es del hombre justo”. Después de la detención del Presidente y del Vicepresidente Narvarte, fueron embarcados ambos con rumbo a Saint Thomas en la misma tarde del día fatídico.

Al no más conocerse la asonada, acompañada de un texto de nueve puntos en el que los conjurados querían el mando de las Fuerzas Armadas para el general Mariño, el entonces Jefe de esas mismas fuerzas, designado por Vargas para tal efecto: José Antonio Páez, se puso en marcha para dominar la situación y restablecer el hilo constitucional. Páez entra triunfante a Caracas el 28 de julio de 1835, y el 20 de agosto está de nuevo Vargas en la Presidencia de la República. El movimiento insurreccional en Oriente, encabezado por Monagas concluyó, una vez más, con un indulto de Páez a Monagas en noviembre de 1835.

Un caudillo regional (1836-1847)

Durante las presidencias de Narvarte y Carreño (1836); la primera de Soublette (1837-1839); la segunda de Páez (1839-1843) y la segunda de Soublette (1843-1847); José Tadeo Monagas ejercía su enorme influencia política en Oriente y esperaba su turno, dedicado a sus haciendas y a ejercer influencia militar determinante como segundo jefe del Ejército. Esa oportunidad llegó en 1846, cuando se presentó como candidato a la Presidencia de la República. Veamos los hechos.

José Antonio Páez
José Antonio Páez.

Buscaban la Presidencia de la República Antonio Leocadio Guzmán, José Félix Blanco, Bartolomé Salom y José Tadeo Monagas. Guzmán agitaba a sus seguidores, al punto tal que los hacendados y los comerciantes le quitaron su apoyo, cosa que enardeció a muchos de sus partidarios, quienes optaron por levantarse, entre ellos Francisco Rangel y Ezequiel Zamora, saqueando las poblaciones de los Valles del Tuy, Barlovento y Villa de Cura, al grito de “¡Viva Guzmán, mueran los godos!”.

El gobierno de Soublette encomendó a dos jefes militares el control de los insurrectos, y así fue como los generales Páez y José Tadeo Monagas, primero y segundo comandante del Ejército, aplacaron los ánimos. A Guzmán se le neutralizó mediante una inhabilitación política, fundamentada en procedimientos judiciales, y luego se le propuso una entrevista de avenimiento con el general Páez, que no tuvo lugar, mientras la persecución del gobierno de Soublette contra los periodistas y los partidarios liberales en armas arreció, al punto tal que las cárceles se llenaron de presos políticos, con lo que el clima de la vida pública se enrareció sensiblemente. Hay que señalar, además, que buena parte de los alzamientos de los liberales se debieron a los hostigamientos de que eran víctimas en sus campañas electorales. Esto recrudeció a partir de que los conservadores advertían el crecimiento de los liberales, después de años de prédica en su contra y de críticas al personalismo de Páez y a su fortuna personal.

José Tadeo Monagas: continuismo y nepotismo (I Parte)

“La herida para el Poder Legislativo había sido mortal. El Parlamento después de estos hechos tardó años en recuperar su autonomía. Monagas lo doblegó como un apéndice de su propio mando”

Todo este cuadro indica que el general Páez pasó de una política de paz a otra de hostigamiento, cerrándole el paso a la candidatura de Guzmán, en primera instancia, y a la de Salom, en segunda; decidiendo apoyar al general José Tadeo Monagas, que no pertenecía en rigor a sus filas y que había advertido que gobernaría de acuerdo con su conciencia, y sin seguir dictados de otra persona, por más influyente que fuera.

Las elecciones organizadas por los Colegios Electorales de las provincias ocurrieron el 1o de octubre de 1846 y, por primera vez, se presentó un universo completamente fraccionado. Los conservadores que apoyaron a Monagas obtuvieron 107 votos, mientras que los liberales divididos, el doble: 207, distribuidos así: Guzmán 57 electores, Salom 97, Blanco 46, José Gregorio Monagas 6, y Mariño 1. ¿Habría ganado las elecciones Guzmán de no haberse iniciado la persecución en su contra? Es probable. En todo caso, los números probaban que la política oposicionista de los liberales había surtido efecto, y que el desgaste de tantos años en el poder de Páez y los conservadores era un hecho evidente.

Primera Presidencia de la República (1847-1851)

El general José Tadeo Monagas asume la Presidencia de la República el 1o de marzo de 1847, a los 62 años de edad. Era el hombre más influyente, y uno de los más ricos del Oriente del país. Gozaba, como Páez y Soublette, del prestigio de haber integrado el Ejército Libertador en sus primeras filas. Llegaba al poder de la mano del general Páez, quien equivocadamente creyó que mantendría su influencia determinante en el país a través de Monagas. Al principio del gobierno del oriental así pareció que iba a suceder, ya que nombró como su primer ministro de Interior y Justicia al hombre de confianza de Páez: Ángel Quintero, mientras designaba a Miguel Herrera en Hacienda y Relaciones Exteriores, y a José María Carreño en Guerra y Marina. Muy pronto, el oriental fue enseñando sus cartas.

Santiago Mariño.
Santiago Mariño

Monagas conmutó la pena de muerte que pesaba sobre Guzmán por la del extrañamiento perpetuo del país. Esta fue la primera señal para el general Páez. Luego, nombró en cargos menores a gente de su confianza, sin consultarles previamente a los ministros, con lo que buscaba la renuncia de estos, cosa que ocurrió, siendo sucesivamente sustituidos. El liberal José Félix Blanco sustituyó a Herrera en Hacienda y Relaciones Exteriores; Rafael Acevedo a Quintero en Interiores y Justicia y, finalmente, el general Carreño renunció ante la conmutación de la pena de Guzmán y fue sustituido por el coronel Francisco Mejía. Esto ocurrió en muy pocos meses desde su asunción del mando. El general Páez, sin embargo, permaneció en silencio, hasta que el 5 de agosto de 1847 Monagas le participó, a través de su ministro de Guerra y Marina, que sus funciones como jefe del Ejército Nacional habían cesado.

Esta estocada final dejó en claro que Monagas se proponía gobernar solo, creando su propia red de poder, al margen de la trama paecista. La ocupación de la totalidad de los cargos de la administración pública por parte de Monagas y sus seguidores, seguía en marcha.

A Ezequiel Zamora, que al igual que Guzmán había sido condenado a muerte por los tribunales, Monagas le conmuta la pena por presidio, pero este se fuga de la cárcel sin mayores dificultades y al cabo de un tiempo el propio Monagas lo designa al frente del batallón de Villa de Cura, al servicio del Gobierno. Algo similar ocurrirá luego con Guzmán, quien al regresar del exilio Monagas lo nombra ministro de Relaciones Interiores y Justicia, pero esto será en 1849.

El asalto al Congreso Nacional (1848)

El año 1847 transcurrió con el empeño de Monagas de ir copando todos los espacios de poder, ante el desconcierto del general Páez. El año de 1848 se inicia con uno de los hechos más lamentables de nuestra historia republicana: Los acontecimientos ocurridos en la sede del Congreso Nacional.

José María Vargas
José María Vargas.

El 24 de enero de 1848 el ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Martín Sanabria, se trasladó a la sede del Poder Legislativo a rendir el Informe Anual del Poder Ejecutivo. Estando dentro del recinto se corre el rumor en la calle de que ha sido asesinado, cosa que enardece a las turbas liberales que estaban apostadas afuera. Intentan entrar y son repelidas con plomo por la guardia, dándose las primeras escaramuzas, y desatándose la violencia más incontrolada. Los heridos y los muertos van en ascenso, los enfrentamientos entre conservadores y liberales son a cuchillo, a puños, con piedras y hasta con lanzas y bayonetas. Santos Michelena intenta salir por una puerta y es herido con una bayoneta. Fue tan grave el daño, que murió dos meses después a consecuencia de la herida. Los parlamentariosFrancisco Argote, José Antonio Salas y Juan García son asesinados por las turbas. La misma suerte corre el sargento Pedro Pablo Azpúrua, y un sastre que se había animado a participar en la trifulca.

Monagas, alertado acerca de los hechos en curso, se presenta a caballo acompañado del general Santiago Mariño, y con las fuerzas del orden restablece la calma. La herida para el Poder Legislativo había sido mortal. El Parlamento después de estos hechos tardó años en recuperar su autonomía. Monagas lo doblegó como un apéndice de su propio mando.

Las cámaras se reunieron con Juan Vicente González como secretario, lo que causó un asombro mayúsculo, ya que hasta el día anterior González había sido un fervoroso conservador, y ahora aceptaba trabajar para los liberales. Fermín Toro, a diferencia de González, no acudió al llamado y pronunció una de sus frases más famosas: “Decidle al general Monagas que mi cadáver lo llevarán, pero que Fermín Toro no se prostituye”.

José Tadeo Monagas en el Congreso.

*Continuará el Domingo 30 de mayo de 2021.

Bibliografía:
-Arraiz Lucca, Rafael (2007). Venezuela: 1830 a nuestros días. Caracas, editorial Alfa, Biblioteca Rafael Arráiz Lucca N°1.
–Venezuela: 1728-1830. Guipuzcoana e Independencia (2011). Caracas, editorial Alfa, Biblioteca Rafael Arráiz Lucca N°6.
-Bolívar, Simón (2010). Bolívar esencial. Bogotá, ediciones Revista Número.
-Castillo Blomquist, Rafael (1991). José Tadeo Monagas: auge y consolidación de un caudillo. Caracas, Monte Ávila Editores.
-Gómez, Carlos Alarico (2006). José Tadeo Monagas. Caracas, BBV de El Nacional y el Banco del Caribe.
-Rodríguez Mirabal, Adelina (1997). Entrada José Tadeo Monagas en el Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas, Fundación Polar.

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