Cada año es particular para el país, también es único para cada quien, su manera de vivirlo, sus experiencias, sus enseñanzas. El año pasado fue otro en pandemia, pero con una manera de enfrentarla mucho menos rigurosa que en 2020. Conocemos más la enfermedad, la vacunación, por otro lado, ha aportado para que tengamos algo cercano a lo que llamábamos normalidad. En algún momento, quizás en este mismo 2022, la retomaremos y probablemente nos demos cuenta que esa “normalidad” va a ser muy distinta a la que teníamos. Pero ese tema lo abordaremos en otra oportunidad.
Dicho esto, me quiero referir a 3 + 1 hechos de la economía venezolana durante el año recién terminado.
Historia 1: Inflación de 3 dígitos
A comienzos de año todas las estimaciones de inflación apuntaban a que cerraríamos el año con una inflación de 4 dígitos. La inercia inflacionaria y la recurrencia de utilizar la emisión monetaria por parte del Banco Central de Venezuela (BCV) para financiar el gasto público, eran dos de las razones para realizar esas proyecciones.
Terminamos el año con una inflación cercana al 600%, con una tendencia clara a desacelerarse. Vale la pena explorar cómo se logró.
A lo largo de todo el 2021 el Gobierno ha mostrado más disciplina fiscal y monetaria de lo que muchos esperaban. Destaca lo ocurrido durante el último trimestre, uno en el que se acostumbraba un mayor gasto público para pagar diferentes compromisos laborales de la administración pública, y que este fuese financiado directamente por el BCV. Además era un año electoral, con los desembolsos que un evento de este tipo requiere. Lo que vimos es que ese gasto fue bastante reducido, no hubo una emisión monetaria abrupta y apareció como nuevo hecho una mayor oferta de dólares inyectada a través del sistema bancario.
Mucho se puede debatir sobre el por qué optaron por este comportamiento que luce hasta sensato. Se habla de un asesor ecuatoriano, de presiones de diferentes grupos dentro del poder. Ese intercambio de ideas puede resultar interesante, digno de una tertulia familiar o entre amigos, pero el hecho está allí y por supuesto hay que considerarlo para tomar decisiones empresariales y/o del hogar.
Historia 2: Expansión monetaria desacelerada y distinta
La expansión monetaria de 2021 (bolívares) también fue de 3 dígitos y estuvo un poco por encima de la tasa de inflación, lo que indica que hubo un leve incremento de la liquidez monetaria en términos reales. Dicho de una manera más coloquial, los bolívares en circulación compran un pelo más de productos que en 2020. Si bien ese aumento es prácticamente insignificativo, sí representa un cambio de la tendencia que teníamos durante años pasados.
Otro hecho interesante y novedoso es la divergencia de comportamientos entre la base monetaria y la liquidez monetaria. Cuando el BCV emite dinero para financiar el gasto, este se ve reflejado en la base monetaria. La liquidez monetaria, la cual mide casi la totalidad del dinero en circulación, incluye tanto base monetaria como el dinero creado por el sistema bancario a través, principalmente, de la entrega de créditos. Aclarado este punto, la base monetaria creció 398% en 2021, mientras que la liquidez 620%.
Para que haya tal divergencia, el crédito tuvo que haber crecido más en términos relativos respecto a la base monetaria. Esto es algo incipiente, que todavía no ha alcanzado una magnitud considerable, sin embargo, representa un cambio de tendencia, que insisto, debemos considerar.
Historia 3: Tipo de cambio contenido
Acá otro hecho relevante y notorio. Mientras la masa monetaria y la inflación crecieron a tasas cercanas a 600%, el tipo de cambio tuvo una variación cercana a 350%. Es decir, para unos esto implica una “inflación en dólares”, desde el punto de vista técnico se le denomina apreciación real del bolívar. Más allá de las denominaciones, el efecto está allí en la economía: el dólar compra menos bienes y servicios que hace un año.
En esa contención del tipo de cambio mucho tiene que ver la mayor oferta de dólares que les mencioné párrafos atrás. También el incremento más desacelerado del dólar ha ayudado a bajar la tasa de inflación dado que muchos de los precios en Venezuela están denominados en dólares.
Además, es conveniente aclarar que en estos últimos meses la inflación está siendo llevada por la parte de servicios cuyos precios estaban rezagados y que todavía les queda terreno por recorrer. Dicho de otra manera, veremos en los próximos meses aumentos de precios (en bolívares y en dólares) de servicios como electricidad, agua y educación. La buena noticia es que probablemente sea la última corrección de precios relativos que nos toque presenciar.
Historia 3 + 1: Crecimiento económico desigual e insuficiente
Como comenté en esta columna en marzo pasado, era probable que la economía creciera durante 2021, ya que el año de comparación fue uno particularmente malo. Diversos indicadores corroboran este hecho, como las ofertas de empleo, movilidad de personas y la misma recaudación fiscal.
El crecimiento de 2021 representa un cambio de tendencia, la cual hay que reconocer y hasta cierto punto agradecer. Pero este es desigual, muy concentrado en zonas urbanas y enfocado, principalmente, en el sector comercio. No es una expansión económica significativa que represente grandes cambios en la calidad de vida de la gente, y por lo que se puede ver, tiene una alta probabilidad de que sea de corto aliento, aunque se puede extender este año y quizás el próximo.
Como les he comentado, a esta economía le hace falta mucho más, sobre todo desde lo institucional y de reglas de mercado que sean funcionales. De ese tópico ya hemos conversado y lo seguiremos haciendo en 2022.
@HenkelGarcia