“La paz de Colombia pasa por Venezuela”, señala María Ángela Holguín, quien no titubea al decir que resolver el problema de los grupos irregulares y la ilegalidad en la frontera debe ser la prioridad del gobierno del presidente Gustavo Petro. Sin embargo, explica que para eso es fundamental contar con la colaboración de Nicolás Maduro y de la Fuerza Armada de Venezuela.
La ex embajadora de Colombia en Venezuela y excanciller del vecino país, considera que la relación entre Petro y Maduro será pragmática; y aunque reconoce que el restablecimiento diplomático entre ambos países es “oxígeno” para Maduro, cree que es una oportunidad para generarle compromisos al régimen venezolano en áreas fundamentales como migración, comercio y democracia.
Ve a la oposición debilitada y argumenta que unas caras nuevas y jóvenes le ayudarían a recobrar su credibilidad y el liderazgo. Asimismo, piensa que la Unión Europea, Latinoamérica y Estados Unidos deben montarse en lograr que en 2024 haya unas elecciones democráticas en el país. Culmina diciendo que los periodistas y perseguidos políticos que hacen vida en Colombia no tienen nada que temer con el gobierno liderado por Gustavo Petro.
-¿Cómo ve el proceso de reapertura de la frontera colombo-venezolana?
-No veo que el tema sea sencillo y se pueda simplificar en que como, ahora, Gustavo Petro llegó a la presidencia, todo cambió. Para que las cosas se puedan hacer bien, tiene que haber una hoja de ruta que sirva para generar confianza y cumplir los acuerdos que suscriban ambos países. Yo creo que antes de una reunión de presidentes, debe materializarse una labor de las cancillerías y de los ministerios de defensa, donde se establezca esa estrategia a ejecutar. Ahí se tiene que establecer, principalmente, un compromiso para recuperar la frontera, que es un territorio de nadie; lleno de ilegalidad, informalidad y grupos irregulares. Para eso es fundamental la cooperación de las fuerzas militares de los dos países. En la zona fronteriza viven nueve millones de personas que se han visto afectadas en los últimos cuatro años de una manera terrible. También hay que restablecer el comercio binacional, eso es muy importante, pero, ¿qué pasa con las deudas viejas que tiene Venezuela con muchos empresarios colombianos a quienes nunca le pagaron? Eso hay que revisarlo. Por eso insisto en que se necesita una hoja de ruta antes de salir disparados a hacer reuniones.
-¿Cuáles son los tres retos principales que tiene ese proceso de reapertura de la frontera?
-El primordial es un plan de recuperación de la frontera y acabar con los grupos irregulares, la violencia y la ilegalidad que existe en esa zona. Lo segundo, se debe lograr que Venezuela se comprometa con una agenda electoral democrática hacia el 2024; tiene que haber disposición en ese sentido, recordemos que la relación se fracturó, cuando, desde el punto de vista de Colombia, se acabó la democracia en Venezuela. El tercer punto es el tema comercial, y ahí hay que revisar las deudas que existen y mirar cómo se puede trabajar, teniendo un cronograma de pagos a futuro. Aquí hay toda la disposición de iniciar un intercambio comercial, pero sin que se vuelva un problema más tarde.
-¿Cómo cree que va a ser la relación entre el presidente Gustavo Petro y Nicolás Maduro?
-Petro me ha parecido bastante cauto en la relación con Venezuela, pensé, por ejemplo, que iba a hacer alguna mención en el discurso de la toma de posesión y no la hizo. Yo creo que va a ser una buena relación, en la que el nuevo presidente de Colombia va a ser pragmático.
-¿Por qué cree que esta vez sí habrá una relación institucional, cuando son innumerables los episodios donde la misma se ha quebrantado por conveniencia política de alguna de las dos partes?
-Ahora hay una mayor coincidencia en términos ideológicos entre quienes dirigen ambos países; pero también a Maduro le conviene una relación con Colombia y por eso pienso que podría haber acuerdos que ojalá se cumplan. El restablecimiento es un oxígeno importante para Maduro y no creo que vaya a desaprovecharlo, por eso lo importante es generar confianza y compromisos reales que se vayan a cumplir. Hay temas como el de la migración, que amerita que ambos países hablen, sí o sí. Otro asunto es el de la atención a los colombianos que están en Venezuela, que el gobierno de Iván Duque, de forma absurda, no los atendió y esta nueva administración tiene el compromiso de hacerlo. Y bueno, no podemos negar que Colombia necesita de Venezuela en términos económicos, no podemos desconocer que siempre ha sido un mercado importante.
-¿Para usted cuál es el tema principal entre Colombia y Venezuela hoy, grupos irregulares o migración?
-Sin duda alguna el más importante y más difícil es el de recuperar la legalidad en la frontera. A mí me hablan de alrededor de quince grupos irregulares que están a lo largo de ese territorio y actúan como los dueños del mismo. Desmontar eso requiere mucha coordinación, cooperación y confianza entre ambas naciones; y ese trabajo conjunto no lo hemos tenido desde que el chavismo llegó al poder, porque no se nos puede olvidar que desde los tiempos de Hugo Chávez, la relación entre los militares de los dos países no ha fluido como debe ser, ni ha tenido un buen desarrollo, ese es el principal reto que hay.
-¿Considera que Petro puede jugar algún rol en una eventual negociación política en Venezuela?
-Yo espero que así sea, para Colombia es muy importante que Venezuela pueda recobrar su camino democrático, se pacifique y pueda vencer las dificultades económicas, humanitarias e institucionales en las que vive hoy. Pienso que es importante para nosotros jugar un rol en ese sentido y Petro lo puede hacer. Él no se ha manifestado sobre este aspecto, pero creo que tiene una gran oportunidad.
-El problema es que la realidad muestra que el chavismo lejos de querer avanzar hacia esos escenarios de negociación, lo que está haciendo es afianzarse cada vez más en el poder.
-El vuelco reciente que dio la relación de Venezuela con Estados Unidos, seguramente implica, también, que Maduro, para el proceso electoral de 2024, debe actuar distinto a como lo ha hecho hasta ahora. Tiene que haber un compromiso de observación internacional y transparencia en el Consejo Nacional Electoral. Creo que Petro debe aprovechar este nuevo relacionamiento con los americanos para montarse y pedirles recorrer este camino que acabo de mencionar. Ojalá así sea.
-¿Qué pasos deben darse para empezar a construir esa confianza institucional entre las fuerzas militares de los dos países, que usted ha mencionado?
-En el momento en que Venezuela dé muestras de querer luchar contra esos grupos ilegales, a pesar de las vinculaciones que estos tengan con quienes ejercen el poder allá, ahí empieza la generación de confianza. Porque en el mismo instante en que se abra la frontera, empezará la presión de los irregulares y la reacción de la fuerza pública de lado y lado será muy importante. Ahí empieza la construcción de esa confianza de la que he hablado. Pero si de un lado se ve que el otro no está actuando de la forma esperada ante incidentes, alertas e informaciones, pues, ahí confianza no va a existir nunca. Sin embargo reiteró que para Maduro es importante este inicio del restablecimiento de relaciones, por eso creo que va a reaccionar bien en el tema de la apertura de la frontera.
-¿Qué opina sobre las operaciones que han dado de baja a cuatro o cinco cabecillas de grupos irregulares en suelo venezolano en tiempos recientes?
-Yo no tengo mayor información, porque de este lado tampoco hemos tenido mucha claridad de cómo han sido esas operaciones, no sabemos si son comandos a los que les han pagado recompensas por los cabecillas o si es otra cosa; pero en todo caso quienes se salgan del proceso de paz o de negociaciones corren su suerte, en territorio colombiano, venezolano o donde sea. Así fue como ocurrió en las negociaciones con las FARC, que lideró el expresidente Juan Manuel Santos. En cuanto a estos casos que mencionas, no sé cómo fueron los procedimientos, pero son gente que vive en la ilegalidad y estas cosas son parte de ese ambiente.
-¿El llamado a la paz que ha hecho el presidente Petro y el restablecimiento de relaciones militares con Venezuela, pueden remar hacia el mismo lado?
-Se requiere un liderazgo importante de Petro y del ministro de Defensa para poder volver a sentar a las fuerzas militares con unos puntos y unos compromisos. Pienso, por lo que han declarado, que la prioridad es llegar a un acuerdo de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y ese proceso pasa por el gobierno de Venezuela, ahí podremos ver si hay un compromiso real de Maduro y quienes lo acompañan de querer impulsar ese diálogo. El tema de la paz en Colombia pasa mucho por Venezuela, eso es indudable.
-En su libro “La Venezuela que viví” usted destaca el rol que jugó el expresidente Chávez en el Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ¿siente que Maduro pudiera tener un papel similar en las negociaciones con el ELN o por el contrario, cree que el vínculo de estos irregulares con el régimen venezolano jugará en contra del proceso?
-Yo en eso soy optimista y lo que me tocó ver de Maduro en el Acuerdo de Paz con las FARC evidenció un compromiso del gobierno venezolano de querer ayudar; en este momento eso debe repetirse y ayudar a que el ELN se siente en una mesa a negociar con el gobierno colombiano, eso es clave para la generación de confianza que ya hemos hablado.
-¿Qué diferencia ve entre Hugo Chávez y Gustavo Petro?
-Petro es un gran conocedor del Estado, que yo no creo que Chávez lo fuera cuando llegó al poder. El nuevo presidente ha tenido muchos cargos dentro del Estado: senador, alcalde de Bogotá, concejal, etcétera. Ha estado en muchos cargos públicos y ha sido respetuoso de ellos, por eso no creo que él trate de imponer salidas por fuera de lo que tenemos como estructura del Estado, y yo creo que Chávez no era así.
-Chávez creó un Estado a la medida de sus intereses.
-Sí, pero aquí las cosas son distintas. Fíjate que la composición del Congreso colombiano, por más acuerdos que haya, no permitiría el cambio de la estructura del Estado, cosa que sí logró Chávez allá muy rápidamente.
-¿Qué podemos esperar del juicio de Alex Saab?
-Creo que Saab acabará contando cómo funcionó todo su engranaje, y ahí terminará mucha gente comprometida. Ya veremos, no soy experta en el tema.
-Uno de los temas que podrían ser difíciles desde el punto de vista binacional es el de Monómeros, ¿qué opina de lo que ha ocurrido con la empresa en los últimos meses?
-Ahí hay mucha tela por cortar, porque la actuación del gobierno colombiano y la intervención que le hizo a través de la Superintendencia de Sociedades no es clara. Tampoco me parece que el gobierno colombiano hiciera nada para que esa empresa saliera adelante, me cuentan que desde que la Asamblea Nacional maneja la empresa, nadie de la administración Duque los atendió y se me hace curioso saber cuáles fueron las razones para esto. No me queda claro si el interés del gobierno colombiano anterior era que se quebrara Monómeros, que es una empresa venezolana independientemente de quién la maneje, si lo hace Maduro o la Asamblea. Hay una serie cosas que faltan por entender, ojalá que la administración Petro la ayude a producir, sin importar quién la dirija, entiendo que no se la puede entregar a Maduro porque su funcionamiento depende de una licencia que otorga Estados Unidos por el tema de las sanciones, y está condicionada a que el chavismo no la controle. Entonces esto puede ser un ejemplo de cooperación, imagínese que la compañía siga en manos de la Asamblea, pero que pueda enviar fertilizantes a Venezuela. Sería la salvación de todo esto.
-En su libro usted también habla de la oposición, ¿cómo la ve hoy y cuál cree que debe ser su meta fundamental en el corto plazo?
-Pienso que debe haber una renovación de la oposición, debe salir gente y caras nuevas que piensen en colectivo, porque el gran problema que ellos siempre han tenido son los personalismos: cada uno piensa en sí mismo y en su entorno; pero les ha faltado pensar más en grande y por eso han pasado un buen tiempo sin contar con un liderazgo que tenga credibilidad ante los venezolanos. Tiene que haber gente nueva, distinta y más joven que pueda unir a la ciudadanía con un mensaje de futuro y alejado del odio.
-¿Cómo ve la ruta electoral hacia el 2024?
-Yo creo que ese es el camino sí o sí, y por eso hay que generar una presión para que el Consejo Nacional Electoral facilite la presidencial de 2024 y haya condiciones, observación internacional y todo el que quiera pueda participar. Ojalá la oposición logre ir unida. Hay que lograr que en el 2024 haya unas elecciones distintas en Venezuela.
-¿No es un fracaso de la comunidad internacional no haber logrado democratizar a Venezuela y salir de Nicolás Maduro?
-Es que eso ya no es como antes, que los americanos podían generar un golpe de Estado o sacaban a presidentes al estilo Noriega, eso cambió y las herramientas hoy en día son otras como las sanciones y el bloqueo. A mí me parece que aquí el expresidente Duque llegó al extremo y no hubo ningún resultado positivo, sino al contrario, terminó Maduro más fortalecido, porque las épocas cambiaron. Lo que sí te reitero es que América Latina, Estados Unidos y los europeos tienen que unirse en función de que haya unas elecciones democráticas en 2024, porque eso es lo que Venezuela necesita.
-¿Qué opinión tiene de Álvaro Leyva, el canciller designado por el presidente Petro?
-Me parece muy bueno, lo conocí mucho en La Habana durante el proceso de paz con las FARC; creo que un hombre muy inteligente, muy conocedor y muy capaz. Es un hombre de paz y creo que en este momento Colombia lo necesita. Su principal interés es lograr el Acuerdo de Paz con el ELN.
-¿Es cierto que el presidente Petro le ofreció el Ministerio de Defensa y usted lo rechazó?
-Eso no es cierto, a mí nunca me llamó ni me propuso nada de eso. Es decir, la verdad es que a mí no me ofrecieron el cargo, pero tampoco lo habría aceptado.
-¿Los periodistas y dirigentes políticos perseguidos por el régimen de Maduro que hacen vida en Colombia, corren algún peligro en la administración Petro?
-Yo no creo que corran ningún peligro, porque cualquier restablecimiento con el lado venezolano, no va a ser a costa de entregarle a Maduro la cabeza de gente que esté acá, ni mucho menos. Él dijo en campaña que no iba a extraditar a nadie de la oposición y no creo que ahora vaya a generar una persecución o hacer que quienes estén aquí se tengan que ir.