En la aldea
12 diciembre 2024

La liberación de “los Sobrinos”

“Las negociones directas del régimen de Maduro y la Administración Biden suponen mucho más que este capítulo altisonante que no se puede evaluar de manera aislada. Esta decisión puede representar un avance concreto para generar confianza recíproca y seguir negociando sobre materias cruciales”.

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Juan M. Raffalli A. | 04 octubre 2022

Si algún evento reciente ha dejado de bulto la ligereza de las percepciones de muchos managers de tribuna, es el proceso de la llamada “liberación de los Sobrinos” apresados en Estado Unidos. La comunicación entre Nicolás Maduro y la Administración de Joe Biden ha pasado a una fase directa y pareciera que constante. Aquella visita a Miraflores luego de la invasión Rusa a Ucrania y sus efectos geopolíticos, no fue casual ni improvisada. Ahora queda muy claro que representó el inicio de una nueva etapa de contactos e intercambios.

He leído reiteradamente los términos de la ecuación reduccionista “dos culpables por siete inocentes”, pero la verdad es que reducir el asunto a un intercambio de presos supone perder de vista las motivaciones, posibilidades y realidades de mayor calado que están detrás de la liberación de “los Sobrinos” y la terminación de los procesos penales a los Ejecutivos de Citgo, quienes incluso aún no habían sido definitivamente sentenciados.

Las negociones directas del régimen de Maduro y la Administración Biden suponen mucho más que este capítulo altisonante que no se puede evaluar de manera aislada. Esta decisión puede representar un avance concreto para generar confianza recíproca y  seguir negociando sobre materias cruciales. La agenda es amplia e incluye temas humanitarios, energéticos, la liberación de presos políticos, el asunto electoral y otros del más alto interés para las partes, incluyendo nada menos que la flexibilización de las sanciones unilaterales; los cuales seguramente serán abordados pronto si este paso de alto costo para Biden logra abrir una trocha por donde fluya la negociación, y se concreten nuevos avances.

“Un gobierno que paga 70 dólares de aguinaldo en cuatro partes y tiene una persistente conflictividad laboral, no está tan sólido como aparenta por muchos conciertos y rumbas navideñas anticipadas que veamos”

Me luce que luego de este paso se ve mucho más cerca una factible reactivación del mecanismo de negociación en México. Es impensable seguir con acuerdos puntuales sin considerar las fuerzas políticas internas más representativas, precisamente por ello todo indica que ahora el intercambio de acuerdos se debe concretar en dos vías o niveles; la directa entre ambas administraciones que ya se ha manifestado, y la indirecta que seguirá suponiendo el intercambio entre factores políticos legítimos que es además donde se han centrado los esfuerzos del Reino de Noruega. Debe destacarse además que, si en efecto hay una evolución en las negociaciones, los temas políticos cuyo núcleo son las elecciones auténticas; lo que incluye el voto en el exterior y la rehabilitación de posibles candidatos que solo pueden avanzar si están los que son y son los que están.

A estas percepciones hay que añadir un aderezo muy especial. Por más que los analistas de dedos ligeros en las redes sociales señalen con todo énfasis que Maduro está atornilladísimo, sin obviar que ciertamente está en mejor posición, la realidad es reveladora, un gobierno que paga 70 dólares de aguinaldo en cuatro partes y tiene una persistente conflictividad laboral, no está tan sólido como aparenta por muchos conciertos y rumbas navideñas anticipadas que veamos. 

Es cuestión de esperar los próximos acontecimientos para poder evaluar con mejor propiedad la liberación de “los Sobrinos”. Se trata de un proceso complejo y con vaivenes, pero así es la realidad, cambiante y muchas veces imprevisible. Esperemos que los próximos hitos, sea que se concreten mediante el mecanismo de México o por vía de negociones directas, nos lleven a condiciones electorales suficientes y que el soberano sea quien decida cómo y cuándo se inicia una compleja transición en el ejercicio del poder y la restitución de la Constitución que nos enrumbe hacia un mejor destino.

*Profesor de Derecho Constitucional.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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