En la aldea
07 mayo 2024

Carlos Blanco: “El objetivo estratégico es abrir el país a un régimen democrático, lo cual implica que este régimen salga del poder”.

“La Comisión de Primaria es el centro de todas las presiones políticas”

Carlos Blanco, que trabaja en la estrategia política de María Corina Machado, analiza la flaqueza del liderazgo político opositor. Ha faltado, afirma, “visión histórica”. Desde aquellos días de abril de 2002 hasta el interinato. Está convencido de que viene la reconstrucción. Pero advierte que hay que imponer condiciones al régimen para la participación política y electoral. La primera batalla es la Primaria del 22 de octubre próximo.

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Javier Conde | 28 marzo 2023

Antes de que todo esto empezara ya se olía el triunfo de Hugo Chávez, Carlos Blanco asumió la dirección de la revista Primicia, editada por El Nacional. Aunque empezó muy joven a escribir artículos en la prensa nacional, presumo que esa fue su primera vez al frente de un equipo de periodistas. Blanco era la disciplina y el rigor, a la vez la palabra cultivada de su nota editorial y la desmesurada -también certera, también punzante- de sus entrevistas. Quien firma esta nota, era el editor de los textos de aquellas batallas que Blanco libraba con figuras como Arturo Uslar Pietri, del mundo que se iba, que empujó a irse, y de otros, como el evasivo Jorge Giordani y uno, que se presentó sin cita para pedir su round con el director y dijo llamarse Nicolás Maduro.

La memoria me llevó a esos días de 1997 a 1999 -el tiempo en que estuvimos en Primicia con Blanco- mientras editaba este texto, en que él ahora es el entrevistado. El trabajo de corte y costura fue laborioso -espero que acertado- porque, como antes, hubo que podar mucho de lo conversado. Hay largas párrafos de contexto y revisión, y trozos de lo que parece un ping-pong, de pelota que va y viene, buscando casualmente un blanco, una ruta huidiza o aclarar la que en este caso propone la campaña política de María Corina Machado.

Exministro para la Reforma del Estado en los tiempos de Carlos Andrés Pérez (CAP), tiempos de esperanzas y desgracias, Carlos Blanco trabaja en temas estratégicos con María Corina Machado. Y está contento,  aunque reniega del triunfalismo, y desea y está convencido de que habrá otro round con Nicolás Maduro y que lo librará ella, María Corina Machado (MCM), el rostro de Vente Venezuela.

“El problema no es solamente elecciones transparentes para ganarlas sino condiciones para que el resultado de esas elecciones sea respetado”

Carlos Blanco

-Un  largo viaje desde aquella pequeña organización de izquierda (Proceso Político)  hasta  esta propuesta de transformación liberal de Venezuela, ¿cuál ha sido la clave de ese viraje personal?

-El camino ha sido largo desde mi participación en la izquierda venezolana, universitaria, y luego en la campaña electoral de la tercera candidatura de José Vicente Rangel. En esa pretensión se produjo una ruptura intelectual y política porque ese equipo que asumió la candidatura de JVR, tan variado como era, estaba lleno de grupos y dirigentes muy destacados que se caían a mordiscos entre sí, cosa que yo no había visto. El quid del proceso fue que esa candidatura salió muy mal electoralmente, y resulta que hubo dirigentes que con ese resultado reclamaban que había habido un triunfo por unas razones absolutamente ridículas. Eso me clarificó en el sentido de que esa línea de conducta que pretendía imponer el socialismo en un país como el nuestro había sido un proceso equivocado (…). Después tuve la oportunidad, que marcó mi vida, de trabajar con Simón Alberto Consalvi y Ramón J. Velásquez en la concepción de la idea de la reforma del Estado. Trabajamos los tres de una manera dedicada en lo que debía de ser en el gobierno de Jaime Lusinchi la transformación  de la sociedad venezolana y del Estado. Ideas que yo pensaba antes que eran un patrimonio de la izquierda. Fue así como en febrero de 1984 cuando Lusinchi toma posesión de la presidencia, y en diciembre de ese año hay conversaciones para constituir un equipo para la reforma del Estado. No fue fácil porque había oposición dentro de Acción Democrática a nombrar una comisión como la que estábamos concibiendo. Gonzalo Barrios decía que nombrar a tanta gente era crear un saco de gatos. Lusinchi estaba demorado hasta que en diciembre de aquel año nombró esa comisión, sin hacerle mucho caso a Barrios, presidida por Velásquez y conmigo como secretario ejecutivo. Ahí se abrió una oportunidad  gigantesca de transformar al país.

Blanco cuenta que la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE) tuvo claras tres cosas desde el principio: 1) Había que ir a fondo; 2) La Comisión era plural y para nada un apéndice del gobierno; 3) Se comenzó a escuchar al país siguiendo una idea estratégica que Blanco atribuye a Velásquez: en lugar de decir lo que había que hacer, oír a todos: candidatos presidenciales, jefes de partidos, dirigentes políticos, sociales y gremiales. De ahí salieron las propuestas para la reforma de los partidos políticos, la elección popular de gobernadores y alcaldes, la revisión del financiamiento de los partidos. Hasta que vino la ruptura entre la Comisión y el gobierno porque el sector que dominaba AD se oponía a la elección popular de los gobernadores y alcaldes. La COPRE siguió trabajando entre 1986 y 1988, y en ese último año, que era electoral, los dos principales candidatos Eduardo Fernández y Carlos Andrés Pérez toman como bandera la reforma del Estado. “Fue un fenómeno mágico”, acota. Tras el triunfo de CAP sería designado presidente de la COPRE y ministro para la Reforma del Estado.

-Volviendo a la pregunta original (Blanco no pierde el hilo) creo que este cambio intelectual y político mío se puso al servicio de las transformaciones que el país necesita de una manera práctica, efectiva y realista. A mí no me costó sino un proceso de evolución intelectual del cual estoy orgulloso. Dejé de creer en unas cosas y comencé a creer en otras cosas. Ahora desde hace unos cuantos años acompaño a María Corina Machado en este esfuerzo por una sociedad  abierta, menos estatista, con un Estado fuerte, no un Estado grande, creo que el papel de la propiedad privada es esencial en una sociedad  moderna, lo que significa que el Estado no puede arropar a la  sociedad como ha ocurrido en Venezuela. Esa es mi visión.

“Todas las consultas habidas y por haber dan que el régimen es minoritario, desde los que le conceden el 30% como máximo, hasta el reconocimiento de que Maduro no tiene apoyo alguno, y que el apoyo que pudiera tener es el de la intimidación”

Carlos Blanco

-En el sitio web de Vente Venezuela falta una definición programática más allá del partido de la libertad y la construcción de país autónomo y productivo, ¿se puede prescindir de un programa?

-Lo que tienes que tener son grandes ideas programáticas que orienten el desarrollo del país hacia donde se quiere. Las grandes propuestas son el libre desarrollo del individuo como está en la propuesta de Vente, un Estado al servicio del ciudadano y una economía de libre mercado. Con esa visión se tiene una definición estratégica. En la campaña de 2024 obviamente tienes que tener un programa de gobierno. En las condiciones actuales de Venezuela no solamente es un programa de políticas públicas tradicionales, tiene que ser un programa de construcción institucional, porque a diferencia de una sociedad democrática donde tienes instituciones que desarrollan las políticas públicas que propones, en Venezuela  no tienes esas instituciones. Ha habido una destrucción masiva del Estado. Tienes que tener un programa para reconstruir el Banco Central de Venezuela, las Fuerzas Armadas, la industria petrolera, las gobernaciones, las alcaldías, la justicia, el Parlamento. En Venezuela se está viviendo lo que, guardando las distancias, es el período final de una guerra. Lo que me imagino es la gente después de la Segunda Guerra Mundial caminando sobre las ciudades destruidas buscando aquí y allá qué hacer. Ese espíritu de reconstrucción creo que está presente en la gente, la que está dentro y fuera de Venezuela, dispuestos todos a colaborar para la reconstrucción del país. Tenemos una energía, no solo un conocimiento, que busca canalizarse hacia ese proceso reconstructivo que no tengo la menor duda va a venir.

“La sociedad no está rendida”

-¿María Corina Machado es un fenómeno electoral?

-Hay síntomas que indican que María Corina se está convirtiendo en un tsunami.

-¿Cuáles son esos síntomas?

-El grado de apoyo que está obteniendo en la calle, la cantidad de gente de otras organizaciones políticas que se está sumando a su candidatura, y el hecho de que mucha gente que antes objetaba algunas cuestiones de María Corina, el estilo, la firmeza, la dosis extra de energía que ella le da a sus planteamientos, ahora entiende que es la persona del momento. Yo no soy triunfalista. Es un error serlo pero creo que es un proceso en marcha pueden ocurrir muchas cosas. Confío en que el liderazgo en esta etapa lo tiene María Corina y lo va a consolidar en el curso de los próximos meses.

-MCM está en la política directa desde 2012 cuando se postuló a las primarias, aunque ya tenía figuración pública. Compitió como independiente, sin partido y su saldo en votos fue muy reducido, ¿varió su discurso?, ¿qué hace que ahora tenga mayor receptividad?

-La sociedad venezolana ha vivido en estos 24 años de chavismo-madurismo diversas etapas. El país ha reconocido liderazgos a lo largo de este tiempo en los cuales ha confiado. Desde la lejana y temprana oposición a Chávez de la Asamblea de Educación, después se pasó por el liderazgo, en que los partidos estaban destruidos, de la CTV, Fedecámaras y la Gente del Petróleo; el referéndum, en el cual María Corina y Súmate estaban activamente participando. Enrique Mendoza en la Coordinadora Democrática, Manuel Cova en la CTV, (Manuel) Rosales, (Henrique) Capriles como candidatos y, por último, el episodio de Juan Guaidó como presidente interino. Esos liderazgos le propusieron al país salidas que no se desarrollaron. En unos casos porque obviamente  propones una salida y no siempre tienes la garantía de que se va a tener éxito. En otros, porque a mi juicio equivocaron la tarea. Es lo que pasa con el interinato, que ofreció al país el ‘cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres’, uno puede pensar lo que quiera de la oferta pero esa fue la oferta que hizo Guaidó  y la que el país creyó, y esa oferta muy rápidamente tuvo desviaciones. La mamarrachada del 30 de Abril con un alzamiento rocambolesco en la Autopista del Este, la entrada sí o sí de la Ayuda Humanitaria que fue un desastre, y el inicio de negociaciones bajo el amparo de Noruega que representaba una contradicción con la oferta del ‘cese de la usurpación’.

Blanco sostiene que había una “disonancia absoluta” entre vamos a sacar a Maduro y vamos a negociar con Maduro unas elecciones, en las cuales Maduro va a salir. Esa disonancia, afirma, fue la madre del deslave del interinato en el que ve, sin embargo, una de las circunstancias “más maravillosas” de las fuerzas democráticas del país, al coincidir el liderazgo representado por Guaidó, un apoyo popular “sin precedentes” y un respaldo internacional “desconocido”.

-Eso se dilapidó y ahora hay una situación que tiene de malo que muchas ilusiones se han perdido, esa comunidad internacional está viendo para otro lado silbandito y la división se ha impuesto entre las fuerzas democráticas del país. Pero está el hecho de que la sociedad no está rendida. Puede estar frustrada, decepcionada, pero no rendida. Se muestra en multitud de expresiones desde la conversación cotidiana con la gente hasta las protestas, las demandas de diversos sectores civiles y militares, de izquierda, de derecha, los de arriba, los del medio, los de abajo. Hay una situación en el país de respuesta, de resistencia, que no ha cesado. Ese país requiere un nuevo liderazgo. Yo creo, por supuesto usándolo solo como una analogía y no como una identidad, cuando las protestas y el ambiente de la sociedad necesitó poner rostros al descontento del comienzo de los ‘90 con las medidas que adoptó el gobierno del presidente Pérez, con la descentralización que disgustó a los partidos, con el ajuste económico que irritó a mucha gente, eso se condensó en el rostro de Chávez. El país buscó un cambio con CAP que fue un hombre de un partido que había luchado contra la dirigencia de ese partido y ganó;  un cambio con un hombre del sistema y un partido del sistema; después un cambio con un hombre del sistema pero que se había salido de las estructuras partidistas que fue (Rafael) Caldera. Y no funcionó, ni con un hombre del sistema con partido, ni con otro hombre del sistema sin partido. El país volteó hacia Chávez, que era la cara que había sonado en el ‘92 y pasó lo que pasó. Creo que en este momento María Corina está representando ese rostro que estaba allí desde hace algunos años. Su constancia, su esfuerzo, su capacidad de montar equipos ha generado que ahora ese trabajo esté dando sus frutos. Se ha desarrollado como dirigente y tiene una madurez impresionante en su apreciación del país. Esos son los cambios que ella ha experimentado. También cambió la situación. No es lo mismo haber hablado en el 2014 con la gente en la calle, no es lo mismo haber hablado en el 2019 con la gente en la calle que ahora en que hay que construir desde la perspectiva de esta marcha en el desierto que ha habido para todos.

“Si se imponen condiciones para unas elecciones libres y transparentes no hay manera de que Maduro permanezca en el poder”

Carlos Blanco

-¿Fue sorprendido por el interinato o estaba al tanto?, ¿lo valoró como una posibilidad poderosa desde el principio?

-Ese gobierno interino había sido palabreado internacionalmente con los gobiernos de Estados Unidos, Colombia, Brasil que, a su vez, habían estado conversando con otros gobiernos sobre el reconocimiento del presidente interino dado que se asumía que las elecciones de 2018 donde Maduro se había impuesto, habían sido írritas, ilegitimas y fraudulentas. Todos empujamos en la dirección de que asumiera la presidencia interina sin el apoyo entusiasta de la mayoría de los partidos que controlaban la Asamblea Nacional. Incluso el juramento del 23 de enero fue una sorpresa para algunos de ellos, especialmente para AD.

-¿Qué fue lo que falló?, ¿el liderazgo?, ¿cuáles eran los pasos que había que dar?

-Había que usar toda esa fuerza para forzar la transición, para el ‘cese la usurpación’. Significaba una concentración de fuerzas destinadas a obligar a Maduro a negociar  desde una posición de fuerza de la oposición. Pero se desmanteló la calle. Se iniciaron unas negociaciones cuyo propósito no era Maduro vamos a negociar cómo sales del gobierno, no eres el presidente legítimo, yo soy el presidente legítimo, vamos a ver cómo hacemos en convertir toda esa presión en ese momento nacional e internacional para obligar a Maduro a negociar su salida. Salida que podía haber sido la renuncia, la destitución o un adelanto de elecciones generales en condiciones supervisadas por la comunidad internacional. En vez de eso, la calle se aplacó y se comenzó a negociar patinando, dándole cuerda a una bicicleta sin engranaje. No se planteó utilizar toda esta fuerza para obligar a esa negociación definitiva.

-Todo ese cúmulo de fuerzas conducía a la calle, y en la calle la oposición ha llevado varias palizas.

-Estoy hablando de ese momento, qué fue lo que ocurrió en ese momento. Se empezó a desmantelar la calle. El propósito de Maduro era vamos a darle guaral a esta negociación mientras la calle se aplaca y eso fue lo que hizo y por eso es que Maduro no negocia, por eso es que en México no se han reunido desde hace más de un año con el régimen…

-Desde noviembre.

-En noviembre se reunió después de un año y no ha ocurrido absolutamente nada, que no sea ganancia para Maduro, como es tiempo y en la última negociación la oferta de 3.200 millones de dólares para ayuda humanitaria que de algún modo tendría la supervisión y administración del régimen junto con organismos internacionales. El haber desmantelado la calle para esa negociación significó que no había la fuerza para forzar la negociación. Creo que ese es el error estratégico fundamental en las diversas negociaciones que se han intentado.

Las reglas del juego

-La estrategia política de MCM plantea una batalla previa que es la lucha porque el CNE no participe en la Primaria, ¿de esa pelea depende el éxito de su candidatura?

-De eso depende el éxito de las primarias. La incorporación del CNE a las primarias es asegurar la derrota por la vía de la abstención. Me parece que eso es absolutamente suicida salvo que el propósito sea que las primarias fracasen, y entonces por la vía de los hechos se escoja un candidato presidencial entre algunos partidos sobre la idea de un falso consenso. La presencia del CNE en las primarias significa que esas máquinas, que no tienen paticas, son llevadas por el Plan República, son llevadas por funcionarios y manejadas por funcionarios del CNE. Es meter al régimen en el corazón del acto de resistencia más importante que desarrolla la oposición democrática. Con la posibilidad de que ellos tengan el control, que el día anterior declaren que eso no es válido, que las máquinas se echaron a perder en el depósito o que los militares en vez de llevar un oficial, envían un camión de soldados intimidantes o se instalen en connivencia con estos funcionarios los puntos rojos. Tiene que ver con lo que significa el CNE para los venezolanos. Es el instrumento electoral del régimen y en una operación de la sociedad civil no tienen porqué estar.

“La presencia del CNE en las primarias significa que esas máquinas, que no tienen paticas, son llevadas por el Plan República, son llevadas por funcionarios y manejadas por funcionarios del CNE. Es meter al régimen en el corazón del acto de resistencia más importante que desarrolla la oposición democrática”

Carlos Blanco

-Eso lo ha dicho MCM, que es un tentáculo de la tiranía, pero hay un escenario de que efectivamente participe el CNE si la Comisión Nacional de Primaria (CNP) lo decide, ¿en ese caso MCM lanzaría su candidatura de manera independiente?

-Yo lo que creo es que hay que esperar a ver cómo se resuelve todo esto. No está jugado que el CNE vaya a participar.

-No está jugado, pero es una opción, es un escenario…

-No voy a plantear escenarios ahora. Creo que hay que luchar y hay condiciones para luchar porque el CNE no participe. Creo que ese es el escenario sobre el cual se va a imponer la sensatez y se va a imponer la opinión pública.

-Hay otros escenarios…

-Hay muchísimos escenarios…

-Sí, claro, para Carlos Banco o para Vente Venezuela, ¿la CNP es ente confiable, tiene todo el respaldo de ustedes?

-Primero, yo no hablo en nombre de Vente…

-En su nombre…

-Mi opinión es que allí hay mucha gente honorable a la que conozco, hay gente que no conozco. El problema no es de la honorabilidad de las personas. La comisión de primarias no son cinco individuos más cinco suplentes. La comisión de primarias es el centro donde se están ejerciendo todas las presiones del universo político venezolano y, tal vez, del universo internacional que se ocupa sobre Venezuela. Ellos fueron designados por el G3, G4, han propuesto unas comunicaciones que han enviado al CNE, han escuchado a todos los precandidatos, a los partidos, a organizaciones de la sociedad civil dentro y fuera de Venezuela. De todas esas fuerzas, algunas coincidentes y otras encontradas, ellos tienen que tomar una decisión. Esa decisión ojala sea en dirección a la realización de unas elecciones autogestionadas por la sociedad venezolana. Eso es lo que yo deseo. No sé que van hacer. Hay indicaciones contradictorias sobre lo que ellos piensan hacer, y dependiendo de esas decisiones los actores tomaran decisiones. Creo que hay que apelar, en cualquier caso, a la necesidad de que sean elecciones autogestionadas por la sociedad civil.

-MCM ha dicho que las primarias son una oportunidad para acumular fuerza, y creo que coincide en eso, ¿esa fuerza se puede acumular sin las primarias?, ¿es el único camino planteado?

-Creo que el camino son las primarias y María Corina y quienes la apoyamos estamos lealmente comprometidos a impulsar las primarias. No es las primarias más o menos, no. Las primarias, pero realmente unas primarias que sean de la sociedad civil. Eso es lo que queremos.

-Hablaba de la disonancia en el gobierno interino al pedir el ‘cese de la usurpación’ y luego negociar, ¿no es una disonancia participar en unas primarias donde pueden ganar “fuerzas democráticas” -dice Carlos Blanco- y que MCM las llama “cómplices del régimen”?, ¿qué pasa si las gana un “cómplice del régimen”?

-Si las elecciones son transparentes ese es el resultado… La probabilidad de que gane alguien que esté en la política de la cohabitación es baja. Lo que está demostrando este proceso, con el ascenso fulgurante de MCM, es que la política de la cohabitación está derrotada en la opinión pública. No digo derrotada para siempre porque aquí nada es para siempre, pero en este período parece como derrotada. Unas elecciones transparentes van a dar como resultado que MCM es la candidata. Ahora si en unas elecciones transparentes hay otro resultado, es otro resultado y no hay más nada. 

“Hay una situación en el país de respuesta, de resistencia, que no ha cesado. Ese país requiere un nuevo liderazgo”

Carlos Blanco

-¿Considera que todos los demás que están aspirando a la candidatura de la oposición están en la “cohabitación”?

-No, para nada, hay gente de distinta naturaleza y yo no me voy a poner a calificar individualmente, pero hay gente que sí que está en la cohabitación claramente y hay gente que no.

-¿Sería muy difícil apoyar a alguien que esté en la “cohabitación”?

-Por supuesto que sería difícil, pero uno acepta las reglas del juego y el problema es precisamente las reglas del juego. Si las reglas del juego garantizan una elección transparente, tienes que aceptar los resultados. Si las reglas del juego no son transparentes, entonces no estás obligado ni a participar ni a aceptar ese resultado.

-En ese escenario que ve como más factible que se vote sin CNE, de manera manual…

-Me estás haciendo la entrevista como si fuera María Corina…

-Me refiero a la opción que ve más clara y por eso pregunto si en el caso de primarias sin CNE, voto manual y que ganaría MCM, ¿qué sigue después?

-Lo que sigue es un proceso de definición de los objetivos políticos estratégicos para ganar las elecciones presidenciales, la unificación del país alrededor de esa candidatura y recabar apoyo nacional e internacional para reforzar esa política, y prepararse para imponer unas condiciones también transparentes en las elecciones de 2024.

-¿Y cómo se imponen esas condiciones?

-Sin  fuerza no se imponen condiciones, eso sí está claro. Con fuerza no tienes la garantía de que vas a imponer tus condiciones, pero tienes la posibilidad de imponerlas.

-¿En algún momento a lo largo de este proceso de 24 años, se le ha impuesto alguna condición al régimen?

-Cuando se ha descuidado.

-¿Cuál, por ejemplo?

-Por ejemplo en el 2007 con el referendo constitucional.

-Chávez se equivocó al plantear esas preguntas tan complejas…

-No solo se equivocó. Hubo otra cosa, el factor militar, el general (Isaías) Baduel que había dejado el ministerio de la Defensa y tenía todavía esa voz poderosa dentro de las Fuerzas Armadas, de lo que era una institución. Dijo hasta aquí llegamos y fue cuando Chávez a los pocos días se reunió en televisión con los comandantes de los componentes y reconoció ‘esa victoria de mierda’. Y la segunda vez, ha habido varias veces, fue en 2002 también Chávez se descuidó.

-En el 2002 había una fuerza extraordinaria, quizás la mayor resistencia en la calle que en cualquier otro episodio y se falló por un problema de conducción política…

-Así es, faltó conducción política.

-La fuerza por sí sola no basta tampoco.

-No. Se necesita un liderazgo y eso es lo que hemos planteado. Un liderazgo que tenga objetivos claros. No se le puede decir al país yo estoy aquí montado, en esta posición de líder, porque voy a sacar a Maduro del poder; y le digas al rato estoy aquí montado, voy a sacar a Maduro del poder pero voy a negociar con él para que acepte de buen grado que lo voy a sacar. Eso no existe.

-¿Con la fuerza se va a forzar una negociación para cambiar el CNE, para luego sentarse a negociar?

-Claro.

-O sea, hay que negociar…

-Claro, hay que negociar; lo otro es decir yo tengo la fuerza en la calle, voy a comprar unos fusiles.

-… el 11 de abril.

-El 11 de abril con las fuerzas en la calle el Alto Mando Militar dijo no vamos a aplicar el Plan Ávila. Lo que ocurrió fue que esa fuerza generó una actitud de los mandos militares que obligaron a Chávez a negociar. En el 2002 para sacar a Chávez del poder no se disparó un tiro que no fuera de los pistoleros de Puente Llaguno. Fue una negociación extrema en unas condiciones probablemente irrepetibles porque había un Alto Mando, había una institución militar y el factor sorpresa frente al régimen, eso no existe ahora. Lo que quiero decir es que la idea de que MCM, o la posición que yo comparto, es una posición violenta es absolutamente absurda. Es parte de la narrativa de los adversarios que quieren confundir radicalismo con violencia, firmeza con violencia, y no es así.

“Falta de visión histórica”

-¿Está plenamente convencido de que es posible vencer al régimen por elecciones?

-Estoy plenamente convencido de que en unas elecciones limpias, libres y transparentes es vencido completamente. Todas las consultas habidas y por haber dan que el régimen es minoritario, desde los que le conceden el 30% como máximo, hasta el reconocimiento de que Maduro no tiene apoyo alguno, y que el apoyo que pudiera tener es el de la intimidación. No hay nadie en el planeta tierra que piense que Maduro gane unas elecciones libres y limpias. Puede ganar unas elecciones, en Cuba hay elecciones y siempre las han ganado los Castro y ahora Díaz-Canel. El problema son las elecciones libres y transparentes. Si se imponen condiciones para unas elecciones libres y transparentes no hay manera de que Maduro permanezca en el poder.

-Aunque se han ganado elecciones sin condiciones libres y transparentes…

-Han habido elecciones pero no presidenciales en las que se ha ganado aun en esas condiciones, porque se ha sorprendido al gobierno con la guardia baja. Pero no hay que olvidar que después de la derrota del referéndum, de 2007, el año siguiente Chávez impuso un referéndum donde obtuvo la reelección indefinida; no hay que olvidar que en el 2015 se ganaron las elecciones de la Asamblea Nacional pero a partir de 2016 se anuló la vigencia de la Asamblea por la vía judicial. El problema no es solamente elecciones transparentes para ganarlas sino condiciones para que el resultado de esas elecciones sea respetado. Muchos de los que hoy se rasgan las vestiduras diciendo que la abstención es un horror, llamaron a no votar en las presidenciales de 2018 porque consideraban que eran elecciones fraudulentas. La abstención y la participación son instrumentos que los demócratas tienen en autocracias, como la venezolana.

-¿La expresión no confundir los fines con los medios tiene alguna similitud con todas las opciones están sobre la mesa?

-A qué te refieres.

-¿Qué significa no confundir los fines con los medios?

-Significa en buen romance, que dispones de instrumentos para lograr unos objetivos pero no puedes estar cambiando de objetivos de acuerdo al son que toquen. El objetivo estratégico es abrir el país a un régimen democrático, lo cual implica que este régimen salga del poder. ¿Cómo sale del poder este régimen?, se han empleado multitud de instrumentos: la abstención, las elecciones, movimientos militares, cerco internacional, todo. ¿Qué ha fallado?, el lugar común de todas estas expresiones es el liderazgo, creo que hay un problema de fondo en el liderazgo político venezolano.

“Ese espíritu de reconstrucción creo que está presente en la gente, la que está dentro y fuera de Venezuela, dispuestos todos a colaborar para la reconstrucción del país”

Carlos Blanco

-¿Cuál es ese problema de fondo?

-Es la falta de visión histórica. El liderazgo de la mayor parte de los 40 años de la democracia fue un liderazgo preparado, curtido en la vida de la política, en la lucha,… y tienes a hombres como Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Luis Beltrán Prieto, Gustavo Machado, Jóvito Villalba, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campíns, Eduardo Fernández, Oswaldo Álvarez Paz, Teodoro Petkoff. Gente muy densa, con visión histórica. Los partidos se deterioraron al final y cayeron en manos de unos aventureros y gente de poca significación intelectual, habilidosos pero sin propósito estratégico. Los partidos dejaron que eso pasara porque pensaban que la democracia estaba garantizada, que lo que había que hacer era administrar un proceso electoral y la participación, y pasó lo que pasó con Chávez. Los partidos entraron en esta fase absolutamente destruidos y los partidos que se han formado y han tenido participación en este proceso son muy débiles en sí mismos. Los liderazgos en general han sido débiles, no es falta de formación académica, muchos tienen formación académica pero esa densidad histórica, la idea de la necesidad de pensar en grande, de tener en tu cabeza un proyecto de país, un proyecto de sociedad para que los pasos que se deriven de ahí tengan sentido…

-¿Habla de un liderazgo individual o de un liderazgo colectivo?

-De equipos, hay gente muy bien preparada, hay gente que tiene visión estratégica, pero el grueso de la dirección política del país en estos 24 años ha sido una dirección política anémica, raquítica. Un ejemplo que me parece clarísimo es la negociación en México. Negociar es un arte y una sabiduría. Implica un nivel de conocimiento estratégico y táctico fundamental. No puedes escoger a unos genios en filosofía cuántica que no saben negociar y eso es lo que ha determinado, si es que tuvieran la voluntad real de negociar que esa es otra cosa, que no estuvieran complicados por los testaferros del régimen; suponiendo que quieran el objetivo estratégico, no se puede negociar sin conocimiento y sin fuerza. Eso es indispensable y eso no ha existido en esa negociación y por eso es que Maduro ha logrado el éxito de tener una negociación pendiente y ahora es él quien se pone duro; y estos de aquí, que no se sabe exactamente a quien representan, implorándole a Maduro que se reúna.

-Aún queda la vieja lección de la Guerra de Vietnam, de cómo negociar.

-Los tipos (los vietnamitas) se pusieron hasta exquisitos, que la mesa fuera redonda porque no podía haber jerarquías, y mientras negociaban estaban bombardeando. 

-Algo hay de la izquierda en Carlos Blanco.

-El aprendizaje, la experiencia, no soy de los arrepentidos.

-Una vivencia intensa.

-Así es. No maté nadie, no fusilé a nadie. La izquierda de la que formé parte era crítica de la lucha armada, de lo que hicieron el MIR y el PCV y otros grupos que quedaron después colgando. Lo que planteábamos era la necesidad de la lucha de masas. Y nos dedicamos a un trabajo obrero, juvenil, estudiantil. Gente de la que aprendí muchísimo.


@jconde64

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