La Utopía socialista que terminó en un mal sueño. En el periodo legislativo 2010-2015, se decía que los tres diputados uninominales del estado Trujillo respondían a la “corriente” del exministro Tareck El Aissami. Se trataba de los parlamentarios Hugbel Roa, Christian Tyrone Zerpa y José Javier Morales, miembros del movimiento estudiantil UTOPÍA 78 de la Universidad de Los Andes (ULA), donde compartieron sueños y proyectos con el antiguo titular del Petróleo y también con Hugo Cabezas, gobernador trujillano entre 2008 y 2012.
El trío llegó al hemiciclo guapo y apoyado, con el respaldo de Cabezas y El Aissami. Sin embargo, todo cambió en 2012, cuando el mandatario regional se vio obligado a renunciar a sus aspiraciones reeleccionistas tras admitir que “nosotros no tenemos el liderazgo necesario para aglutinar a todos los militantes” del PSUV. Su caída abrió paso al ascenso del general en jefe, Henry Rangel Silva.
A rey muerto, rey puesto. Y el nuevo rey necesita su corte. De inmediato, surgieron los rumores entre las propias filas del chavismo que hablaban de un enfrentamiento total entre el exministro de Defensa y los tres legisladores. Algunos lanzaron la especie -jamás confirmada oficialmente- de que el gobernador incluso había ordenado el allanamiento de las oficinas de Roa en Trujillo.
Al margen de aquellos comentarios, debe señalarse que el único que llegó a la elección de 2015 fue Roa, siendo la cabeza de una lista del PSUV que perdió ante la plancha de la Mesa de la Unidad Democrática. Más que por mérito propio, voces del oficialismo afirmaban que Roa había sobrevivido gracias a su cercanía con El Aissami.
Zerpa y Morales no pudieron buscar la reelección, al ser desplazados por candidatos relacionados con Rangel Silva, pero tampoco quedaron fuera de juego. Al contrario, los dos siguieron ascendiendo dentro de la estructura del poder chavista. En especial Zerpa, parte de la promoción de magistrados exprés que fueron elegidos en 2015 por el Parlamento.
Allá rodaron
Trece años después de haber ingresado a la Cámara con la bendición de la dupla El Aissami-Cabezas y vistos los últimos acontecimientos, podría hacerse un balance de la carrera de aquellas tres jóvenes promesas de UTOPÍA 78.
Zerpa dejó su silla en la Sala Electoral del TSJ en enero de 2019 y se fue huyendo a Estados Unidos, desde donde desconoció la legitimidad de Nicolás Maduro y denunció supuestos hechos irregulares en el Poder Judicial. Ante los ataques de su colega, el para entonces presidente del máximo tribunal, Maikel Moreno, respondió que Zerpa estaba bajo investigación por “conductas indecorosas e inmorales en detrimento de un grupo de mujeres que hacían vida laboral en su despacho”.
Roa es el hombre noticia por estos días, al ser una de las figuras políticas de mayor peso en la más reciente trama de corrupción que se “descubrió” en el seno de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA).
Morales está de bajo perfil después de salir de la presidencia del Banco de Venezuela, que ocupó entre 2017 y 2021. Es decir, de tres diputados que eran identificados como fichas de El Aissami, uno está preso y al otro lo andan buscando.
Roa era el enlace territorial del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para Nueva Esparta, donde funge como líder Dante Rivas, otro viejo camarada de UTOPÍA 78 de la ULA. El cargo del defenestrado parlamentario fue asumido por el almirante Giuseppe Alessandrello.
Rivas viene de perder las elecciones regionales de 2021. Con Alessandrello rumbo a la isla, ¿tendrá el mismo respaldo político para insistir en su empeño? Por lo pronto, en Instagram se le ve sembrando maíz y haciendo cachapas.