Hay etapas que, de manera casi forzada, nos obligan a ampliar nuestros horizontes de conocimiento y con ello darle “solución” a sensaciones de inadecuación, muy poco referidas en las discusiones cotidianas, pero que sí están presentes en las realidades de muchos de los habitamos este planeta.
“Las enseñanzas de Don Juan” es un libro típico de esos momentos de búsqueda de sanación emocional y espiritual. Su autor, Carlos Castaneda, peruano de nacimiento, pero nacionalizado estadounidense, escribió sobre lecciones espirituales desde la óptica del aprendiz. Su obra es controvertida y polémica, pero no me quiero concentrar en ello en este artículo, sino en las lecciones que podemos sacar de una figura a la que denominó “Pinche Tirano” (PT)1.
Un PT “es un torturador. Alguien que tiene el poder de acabar con los guerreros, o alguien que simplemente le hace la vida imposible. Cualquiera puede ser un pinche tirano para nosotros”. Don Juan consideraba un hecho afortunado toparse con un PT, no por masoquismo, sino por la oportunidad de aprender importantes lecciones acerca de la vida.
La aparición de un PT es una experiencia muy personal, y puede ser desde una persona, como una situación adversa. Desde mi manera de ver la realidad de Venezuela, nosotros mismos nos encontramos con nuestro PT: el actual régimen político2. De hecho, la sociedad venezolana ha aprendido mucho de él, pero llegó el momento de liberarnos de una relación que ya cumplió su función.
Del trabajo literario de Castaneda podemos extraer valiosas lecciones sobre cómo enfrentar tal desafío:
En primer lugar, tener conciencia de la naturaleza de lo que enfrentamos. Los tiranos se apoyan en el control y la manipulación de la información para mantener su poder. Elevar nuestro nivel de consciencia y comprensión nos permitirá ver la naturaleza opresiva de los regímenes autoritarios.
En segundo lugar, reconocimiento de nuestro poder individual. Castaneda resalta en su trabajo la importancia del poder de darle forma a nuestra propia realidad. Esto se contrapone al desempoderamiento y resignación individual que caracteriza al “reino” del PT.
En tercer lugar, sacudirnos la conformidad y la sumisión. La obediencia y la conformidad son nutrientes para el sostenimiento de los regímenes autoritarios. Una vez que se superan, empieza un proceso de socavamiento de las bases de la estructura de dominación.
En cuarto lugar, pensamiento estratégico. Este no es un proceso sencillo, por la complejidad de la naturaleza de este tipo de regímenes y de las realidades propias de quien es dominado. Aún así, el esfuerzo debe concentrarse en entender las dinámicas de poder, sus herramientas, sus recursos, para que de esta forma se puedan anticipar sus acciones y así responder de manera más efectiva.
En quinto lugar, entender la fortaleza de la voluntad colectiva de cambio. Vencer el miedo, la importancia del trabajo en equipo, elevar los niveles de coordinación colectiva, la solidaridad en la lucha, son elementos transformadores y determinantes para liberarnos de las fuerzas opresoras.
Lo que tenemos por delante no va a ser una tarea sencilla. Es muy probable que veamos una faceta más agresiva e impredecible del PT. Este intentará extender su ciclo de dominación, porque solo se siente seguro cuando percibe miedo y sumisión de la población. Buscará volver a instaurar ambas condiciones. Para lograr nuestro objetivo, cada uno de nosotros deberá convencerse de que juega un rol importante en ese proceso de liberación, y que nos encontramos frente a una oportunidad histórica de dejar atrás a este PT, y hacer los cambios necesarios para que no lleguen otros en el futuro.
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(1)El término “Pinche Tirano” (PT) aparece en una obra distinta a Las enseñanzas de Don Juan. Se refiere a él en su libro El fuego interno.
(2)Si revisamos otros episodios de nuestra historia, probablemente podamos citar otros tantos que coincidan con la condición descrita.
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@HenkelGarcia