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05 noviembre 2024

“Isabel II (1926-2022) dio pasos para adecuar la institución a los tiempos modernos y para acercarla a los ciudadanos”.

El Reino Unido despide a Isabel II, la reina de los récords

La soberana que más tiempo ha estado en el trono del Reino Unido falleció a los 96 años y tras celebrar siete décadas de reinado.

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Juan Francisco Alonso | 09 septiembre 2022

Londres.- Tiempos de cambios se viven en el Reino Unido. Menos de 72 horas después de ver cómo el 10 de Downing Street recibía a una nueva inquilina, los británicos encajan ahora un cambio en el trono del Palacio de Buckingham: La reina Isabel II ha fallecido este jueves en su residencia de verano de Balmoral, en Escocia.

Pese a que la salud de la monarca, de 96 años, se ha ido deteriorando paulatinamente en los últimos años, la noticia ha sorprendido. Apenas el martes de esta misma semana recibió a la nueva primera ministra Liz Truss y al dimisionario Boris Johnson y en las gráficas que se difundieron, aunque se le veía frágil, mostraba una gran sonrisa que no hacía presagiar este fatídico desenlace.

El anuncio de la Casa Real de que la soberana se encontraba “bajo supervisión médica”, tomó por sorpresa a la recién estrenada premier, quien se hallaba en el Parlamento defendiendo su plan para ayudar a los británicos a superar el alza de los precios de la energía.

“‘Toda mi vida, sea corta o larga, la dedicaré a su servicio y al de la gran familia imperial’. Con estas palabras, en 1947, la entonces princesa Isabel juró que hasta el último minuto emplearía sus fuerzas para portar la corona británica, y así lo hizo”

El hecho de que la mandataria, prácticamente todo su Gobierno y la oposición, abandonaran la sesión y que después se informara que la Familia Real se trasladó a Balmoral hizo sospechar que la condición de la soberana era seria. Pasadas las 6:30pm la Operación “London Bridge” (Puente de Londres) se ponía en marcha y el Palacio y luego la BBC anunciaban al mundo el deceso de la reina. Las causas no se han revelado aún.

Hasta el último minuto

Toda mi vida, sea corta o larga, la dedicaré a su servicio y al de la gran familia imperial”. Con estas palabras, en 1947, la entonces princesa Isabel juró que hasta el último minuto emplearía sus fuerzas para portar la corona británica, y así lo hizo. Ni la pérdida de quien fuera “su fuerza y apoyo” durante casi la totalidad de su reinado, su esposo el príncipe Felipe de Edimburgo, en abril de 2021, ni siquiera cuando sus fuerzas la fueron abandonando la monarca se retiró. 

Isabel Alejandra María Windsor nació el 21 de abril de 1926 en Londres. Hija de los entonces duques de York, Alberto e Isabel Bowles-Lyon, su tranquila y hasta cierto punto despreocupada vida dio un giro de 180 grados el 10 de diciembre de 1936 cuando su tío, el entonces rey Eduardo VIII, abdicó para casarse con la estadounidense y dos veces divorciada Wallis Simpson. A partir de allí la niña se convirtió en la heredera al trono y comenzó a ser preparada, para convertirse en la soberana de lo que entonces era el imperio “donde el sol no se ponía”.  

El comportamiento de sus padres, los reyes Jorge VI e Isabel, durante la II Guerra Mundial, quienes se negaron a abandonar Londres durante los bombardeos nazi, permitió a la corona enterrar el trauma de la abdicación. Asimismo, el hecho de que la entonces princesa se enrolara en el Servicio Territorial Auxiliar de Mujeres, donde se formó como conductora y mecánica le hizo ganar el respeto y la admiración de sus compatriotas. 

Un ícono

El fallecimiento de Isabel II se produce justo cuando el país acaba de vivir un cambio de Gobierno, tras una serie interminable de escándalos; y está al borde de una recesión provocada por la crisis inflacionaria, pero sobre todo el indetenible alza de los precios de la energía desatada por la invasión rusa a Ucrania. 

La reina se convirtió en un símbolo del Reino Unido en todo el mundo, tal y como lo son el “Big Ben”, los autobuses de dos pisos o las cabinas telefónicas rojas, y no es para menos, porque desde febrero de 1952 su figura ha estado presente durante siete décadas consecutivas. Fue la soberana que más tiempo pasó en el trono del Reino Unido, batiendo en 2015 el récord que ostentaba hasta entonces su tatarabuela, la reina Victoria. Y si la muerte no la hubiera alcanzado, en año y medio más se habría convertido en la monarca que más tiempo portó una corona en el mundo, superando al francés Luis XIV.

Durante su reinado la soberana vio llegar al número 10 de Downing Street a 15 primeros ministros, la última apenas hace unos días. También a 12 presidentes en Estados Unidos y a siete pontífices en Roma. Visitó 130 países y presenció cómo sus militares participaron en conflictos como la guerra de Corea, del canal de Suez, las Malvinas, las dos del Golfo y la de Afganistán. Igualmente vio estallar y acabar la violencia en Irlanda del Norte. 

Bajo la llamada “segunda era isabelina” las islas británicas vivieron una gran transformación, pues el Imperio británico desapareció totalmente y se consolidó la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth). Vio al hombre llegar a la Luna, la aparición y la separación de “Los Beatles”, de las “Spice Girls” o “One Direction”, así como a Inglaterra ganar su único Mundial de Fútbol en 1966 y recientemente la selección femenina ganar la Eurocopa.

Isabel II dio pasos para adecuar la institución a los tiempos modernos y para acercarla a los ciudadanos. Así en 1993 aceptó, a regañadientes, pagar impuestos como un británico más y unos meses después abrió Buckingham al público

Experta en temporales

Su largo reinado estuvo plagado de escándalos, muchos de ellos relacionados con temas del corazón. Uno de los primeros lo provocó su hermana menor, Margarita, quien quiso casarse con Peter Townsend, un oficial divorciado que fue asistente de su padre. Años después le siguieron los fallidos matrimonios de tres de sus cuatro hijos (Ana, Carlos y Andrés), algunos de los cuales incluyeron sonados escándalos de aventuras extramaritales.  

Sin embargo, su reacción a la muerte de la princesa Diana de Gales en 1997 la puso en jaque. La soberana rechazó en un primer momento acompañar a su pueblo en el luto por la pérdida de la popular princesa, quien años antes se había separado de su esposo y a la que le había retirado el tratamiento de alteza real. La presión popular y del Gobierno la hicieron rectificar. Este fue uno de los pocos momentos de su reinando donde se temió por el futuro de la corona, pues el sentimiento republicano experimentó un importante auge. 

Más recientemente tuvo que lidiar con la renuncia de su nieto preferido, Enrique, a seguir ejerciendo funciones como miembro de la Familia Real y las acusaciones de racismo de su esposa, Meghan Markle. Sin embargo, el verdadero dolor de cabeza fueron las acusaciones contra su hijo preferido, Andrés, que estuvo involucrado en un caso de tráfico de mujeres y pederastia en Estados Unidos.

Pero no solo sus parientes y vástagos estuvieron en el ojo del huracán. En sus últimos meses, el diario The Guardian reveló que Isabel II vetó más de 1.000 leyes que sucesivos parlamentos y gobiernos quisieron aprobar, por cuanto las mismas afectaban de una forma u otra sus intereses particulares. Algunos de los instrumentos objetados perseguían hacer más transparentes las finanzas de la desaparecida soberana, quien era considerada una de las mujeres más ricas del mundo; y levantarle algunos de los múltiples privilegios de los que gozaba. 

No obstante, ni siquiera las revelaciones que la salpicaban directamente dañaron su imagen y hasta sus últimos días casi ocho de cada diez británicos calificaron de “muy positiva” o “positiva” su actuación, de acuerdo con las encuestas de la firma YouGov. Esta popularidad le permitió meses antes de su muerte solicitar que su nuera, Camilla Parker-Bowles, recibiera el título de reina consorte una vez que ella falleciera, una petición que ha sido cumplida.

Aunque quienes la conocieron aseguran que de siempre temió a que el papel de la monarquía se desdibujara y terminará convertida en un mero espectáculo de entretenimiento, hubo momentos en que aceptó que esto ocurriera. Así serán recordadas su participación junto al actor Daniel Craig, el último agente 007, en la ceremonia de apertura de las Olimpiadas de 2012 o el video que para su Jubileo se preparó junto al Oso Paddington

El tiempo dirá si con la corona Carlos III también heredó estas dotes para lidiar con crisis.

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