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09 febrero 2025

El Béisbol en Venezuela: El primer intocable de la LVBP

En casi once años de historia la LVBP jamás había protagonizado tal hazaña, y fue en aquella temporada de 1955-1956 cuando el out 27 había sido sentenciado y los compañeros de Lenny Yochim corrieron a la lomita para festejar el primer juego sin hits ni carreras en la historia de la LVBP. ¡Sí, el primero! En las nueve entradas de labor, Yochim de los Leones abanicó solo a dos bateadores del Magallanes. Como jugador, siempre reconoció como el momento estelar en su carrera aquel ocho de diciembre, el día que dejó su marca indeleble en la historia de nuestra Liga.

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Félix Seijas Rodríguez | 03 diciembre 2021

La temporada 1955-1956 fue la primera en la que dos nuevas franquicias debutaban el mismo año en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP): Los Industriales de Valencia y los Licoreros de Pampero. Esta temporada fue también la primera en la que de manera oficial se admitía a un equipo con sede en el interior del país.

La 55-56 estuvo repleta de hechos que marcaron historia. Uno de los eventos más recordados de ese torneo sucedió el 8 de diciembre en el Estadio Universitario de Caracas, nada más y nada menos que entre los grandes rivales de la capital, Leones y Magallanes. Los de Catia transitaban su primera temporada sin el “Muchachote de Barlovento”, Vidal López, que acababa de retirarse poniendo fin a una carrera de 21 años en la pelota de primera línea, que le llevó a ser exaltado al Salón de la Fama del Béisbol Venezolano. Sin embargo, los Turcos tenían una nómina respetable en la que destacaron los importados Norm Larker, Gale Wade y Jack Lohrke, quienes terminaron la temporada con promedios de bateo de .340, .336 y .321 respectivamente, así como con el bate de Luis “Camaleón” García, que se ocupó de traer al plato 27 anotaciones.

“Dieciséis hazañas de este tipo en 76 años de historia, es decir, un promedio cercano a uno cada cinco años, sitúa a nuestra Liga como una en la que este fenómeno es menos frecuente”

Aquel jueves se enfrentaron desde la lomita el norteamericano Lenny Yochim por el Caracas y el zuliano Ramón Monzant por los Eléctricos. Yochim era un lanzador espigado de 26 años que se había “tomado dos cafés” en Las Mayores -como se dice de los peloteros con pasantías breves en la Gran Carpa-, uno en 1951 y otro en 1954, en ambas ocasiones con los Piratas de Pittsburgh. El nativo de Nueva Orleans no contaba con un brazo poderoso. Sin embargo, su habilidad en los envíos le permitió mantenerse en el sistema de la pelota norteamericana durante nueve años entre la clase A y la AA. Lenny estaba en su quinta y última temporada en Venezuela. En 1952 había debutado con Sabios del Vargas para luego jugar con Gavilanes y Caracas en el Torneo Rotatorio y con Magallanes en la temporada 1954-1955. Yochim regresó con Leones en la 1955-1956 y esa noche enfrentaba a sus antiguos compañeros. Con los Turcos Lenny había tenido una destacada actuación con cinco victorias y una derrota en nueve apariciones, con una efectividad de 2.66. Ahora vestía el uniforme de rayas con el nombre de “Caracas” en el pecho.

La primera entrada transcurrió veloz, por la vía del “uno, dos, tres” por ambos lados. Monzant dominó a Pompeyo Davalillo, Jim Williams y Stanley Jok, mientras que Yochim hizo lo propio en el cierre de la entrada al dominar a Leopoldo Tovar, Jack Lohrke y Gale Wade. En la parte alta del segundo episodio, el Caracas atacó al lanzador marabino y anotó dos carreras. El primera base, Gail Harris, abrió la entrada negociando boleto. El camarero Harold Bevan le siguió con sencillo que llevó a Harris a la tercera almohadilla. Con Alfonso “Chico” Carrasquel en el plato, Bevan salió en robo retardado y en la jugada Harris arrancó hacia la goma y anotó la primera rayita gracias al tiro desviado del camarero del Magallanes, Jack Lohrke, en lo que fue el único error del encuentro. Bevan, que había alcanzado la segunda base, anotó impulsado por un hit del bate de Carrasquel.

A partir de ese momento ambos lanzadores comenzaron a colgar ceros uno tras otro. La diferencia era que los laberínticos envíos de Yochim no permitían que bateador alguno se embasara, con la excepción de Bob Borkowski que recibió boleto en la segunda entrada con dos outs en la pizarra, y de Jack Lohrke que con dos outs negoció también cuatro malas en el cuarto episodio. La tercera anotación de los Leones llegó en el séptimo impulsada por un doblete de Pompeyo Davalillo que encontró al jardinero de los melenudos, Fernando Basante, en la intermedia.

“Nueve meses después de hacer historia en Venezuela, y con tan solo 27 años, Lenny Yochim se retiró como jugador activo. Aquella molestia en el brazo que sintió mientras tejía la hazaña en Caracas se hizo más intensa hasta el punto de hacerle tomar la decisión”

Para ese momento el brazo de Lenny sufría los embates de la jornada. Un dolor leve empezó a molestarle, pero el serpentinero hizo caso omiso. Yochim sabía lo que estaba sucediendo y nada lo apartaría de llegar hasta el final. «Me preocupaba más por ganar el encuentro», dijo el norteamericano al terminar su labor. ¿Le creemos? Claro que no. La hazaña de un juego sin hits ni carreras estaba ahí, a la vuelta de la esquina, en una época en la que los lanzadores tenían brazos de hierro y lanzaban juego tras juego con una proporción importante de jornadas completas. El rival de Lenny esa noche, Ramón Monzant, lanzó 61 encuentros completos en 117 aperturas en su carrera de diez temporadas en la LVBP. El mismo Yochim completó 19 jornadas de las 54 que abrió en su pasantía de cinco años por la liga venezolana. Uno de ellos fue ese ocho de diciembre.

En la parte baja de la novena entrada Lenny enfrentaría a Monzant, que había lanzado también el trayecto completo. Sin embargo, Jesús “Chucho” Ramos salió de la banca como emergente para ser dominado por Yochim. Luego venía el turno de Gualberto Acosta, quien antes había entrado a cubrir la receptoría por Luis Boyer. El mánager del Magallanes decidió traer a otro emergente, en esta ocasión a Larry Jackson que resultó también maniatado por Lenny. Lo único que separaba entonces al de Nueva Orleans de la gloria era el primero de la alineación, Leopoldo Tovar. No hubo problema, las pelotas lanzadas por Yoshim cayeron una tras otra, lentas, describiendo curvas inalcanzables para Tovar. El out veintisiete había sido sentenciado y los compañeros de Lenny corrieron a la lomita para festejar el primer juego sin hits ni carreras en la historia de la LVBP.

Sí, el primero. En casi once años de historia la LVBP jamás había protagonizado tal hazaña. De hecho, para el momento solo existía el registro de dos juegos sin hits ni carreras en Venezuela, uno en 1933 por el cubano Silvino Ruiz con el Pastora en la primera división en Maracaibo, y el segundo en 1952 por Gustavo “Mocho” García, que además fue un juego perfecto, en un desafío amateur con el equipo Locomotora de La Guaira, evento que terminó siendo casi una despedida del Estadio Cerveza Caracas, que vivía sus últimos días herido de muerte por la construcción del nuevo y flamante Universitario de Los Chaguaramos.

“En 1996, Yochim recibió el reconocimiento ‘Pride of the Pirates’, distinción otorgada por la organización de Pittsburgh a aquellas personas que han contribuido con ella de manera importante a lo largo de sus vidas”

Más aún, en la LVBP apenas habían sucedido cuatro juegos de un solo imparable: El “Mono” Zuloaga y el “Carrao” Bracho con el Cervecería en 1947 y 1951 respectivamente; y Howard Fox y Bennett Flowers con Pastora y el Venezuela en 1954. Por cierto, el Caracas siempre estuvo involucrado en estas faenas, ya que Zuloaga y el Carrao pertenecían a la franquicia, mientras que Fox y Flowers lanzaron sus juegos de un hit ante el equipo capitalino. Entonces llegó 1955 y es un lanzador de los melenudos el que logra la hazaña por vez primera, que de hecho estuvo a dos boletos de ser un juego perfecto.

Después de que Lenny rompiera el celofán se han producido hasta el presente quince juegos más sin hits ni carreras en la LVBP, para un total de 16 (12 alcanzados por un solo lanzador y cuatro combinados entre más de uno). De ellos, en los seis que siguieron al de Yochim estuvieron también involucrados los melenudos. En total, de los primeros siete en la historia de la LVBP el Caracas propinó cuatro, dos al Magallanes y dos a La Guaira, y recibió tres. Los dos juegos sin hits ni carrera a La Guaira fueron cortesía de los brazos de Urbano Lugo padre (1973, el quinto lanzado en la historia de la LVBP) y Urbano Lugo hijo (1987, el séptimo de la historia y hasta el presente el único en una final).

Luego de la hazaña de Lugo hijo la ciudad de Caracas no ha vuelto a ser testigo de un juego sin hits ni carreras, y los Leones tampoco han vuelto a propinar alguno. De hecho, el equipo capitalino no había estado involucrado en este tipo de juegos hasta el año 2010, cuando el Magallanes silenció los bates de los melenudos en Valencia. Ese ha sido el último juego sin hits ni carreras de la Liga hasta el presente, es decir, este mes de diciembre se cumplen once años sin que tal hazaña se repita.

“El equipo capitalino no había estado involucrado en este tipo de juegos hasta el año 2010, cuando el Magallanes silenció los bates de los melenudos en Valencia. Ese ha sido el último juego sin hits ni carreras de la Liga hasta el presente, es decir, este mes de diciembre se cumplen once años sin que tal hazaña se repita”

Dieciséis hazañas de este tipo en 76 años de historia, es decir, un promedio cercano a uno cada cinco años, sitúa a nuestra Liga como una en la que este fenómeno es menos frecuente. En la liga mexicana, por ejemplo, se han lanzado 95 juegos sin hits ni carreras en 96 años de historia (promedio alrededor de uno por año), mientras que en las Grandes Ligas se han registrado 314 en 146 años (promedio alrededor de dos por temporadas). En contraste, en la liga dominicana, con 60 años de historia, se han producido solo 9 para un promedio cercano a uno cada siete años.

El duelo entre Lenny Yochim y Ramón Monzant se resolvió en apenas dos horas diez minutos. En las nueve entradas de labor, Yochim abanicó solo a dos bateadores del Magallanes. La defensa tuvo entonces trabajo en abundancia. Sin embargo, la pelota no corrió mucho de mano en mano para salir de los bateadores. De los 27 outs 18 fueron directos al guante de los fildeadores. Aquella noche Lenny no solo lució con el brazo: el norteamericano tuvo una noche destacada con el madero, al conectar dos imparables en cuatro turnos.

Nueve meses después de hacer historia en Venezuela, y con tan solo 27 años, Lenny Yochim se retiró como jugador activo. Aquella molestia en el brazo que sintió mientras tejía la hazaña en Caracas se hizo más intensa hasta el punto de hacerle tomar la decisión. A partir de su retiro, Lenny se involucró en el mundo del scouting donde destacó hasta convertirse en una figura importante con varias organizaciones de la Gran Carpa. En 1996, Yochim recibió el reconocimiento “Pride of the Pirates” (Orgullo de los Piratas), distinción otorgada por la organización de Pittsburgh a aquellas personas que han contribuido con ella de manera importante a lo largo de sus vidas. “Dios ha sido bueno conmigo”, dijo al recibir el premio. Como jugador, siempre reconoció como el momento estelar en su carrera aquel ocho de diciembre, el día que dejó su marca indeleble en la historia de nuestra Liga.

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